Con un maquillaje muy sencillo, el pelo peinado hacia atrás y la raya en medio, Carlota demostraba su naturalidad y sencillez con el 'look' escogido para su gran día. Para la ceremonia civil, la hija de Carolina de Mónaco optaba por un vestido de Yves Saint Laurent, uno de sus grandes favoritos además de un buen amigo, tanto que ha sido invitado a la boda. Se trata de un vestido en tono gris piedra con estampado brocado y lazadas en la parte delantera que puede guardar un sentido muy especial: Un homenaje a su abuela, Grace Kelly. Y es que recuerda al traje de chaqueta y falda, también con encaje bordado a mano con hilo de seda diseñado por Helen Rose, un dos piezas que Grace Kelly llevó en su boda civil con el príncipe Rainiero de Mónaco.
Pues su segundo 'look' no se ha quedado atrás. Para la celebración del enlace, tras la ceremonia civil, Carlota Casiraghi ha vuelto a rendir homenaje a Grace Kelly, esta vez imitando uno de sus 'looks' más icónicos.
Para la fiesta de noche cambió radicalmente de estilo. Escogió un sofisticado vestido en blanco al más puro años 50 que acompañó de una de las joyas más especiales de su abuela. Se decantó por un vestido palabra de honor con juego de volúmenes en el escote, de cuerpo entallado y falda voluminosa.
Un diseño de alta costura de Yves Saint Laurent, que también firmó su primer look nupcial, de lo más transgresor y vanguardista. Un estilismo nada convencional que recuerda, inevitablemente, a su abuela.
Ha lucido el collar de tres vueltas de diamantes de su abuela Grace Kelly. Una creación de Cartier de 1953.
Y con un segundo estilismo perfecto, Carlota Casiraghi ha celebrado en enlace con su familia, y algunos de los invitados han compartido grandes momentos de la celebración en sus redes sociales.
Pero las celebraciones por la boda de Carlota y Dimitri no han terminado con la fiesta nocturna. Al día siguiente, los recién casados reunieron, de nuevo, a sus seres queridos en una fiesta que tuvo lugar en el Yacht Club de Mónaco. En este club con vistas al mar Mediterráneo, la pareja obsequió a sus invitados con un divertido brunch amenizado con música en directo.
Para la comida informal, Carlota volvió a apostar por el color blanco para su look. Pero esta vez era un modelo largo, asimétrico, y con vuelo, que le quedaba muy bien. La recién casada presumía de sonrisa con sus invitados.
Pierre Casiraghi, hermano de Carlota, también se lo pasó muy bien en el brunch. El marido de Beatriz Borromeo se paseó por la fiesta con una cerveza en la mano y con varios sombreros en la cabeza.