La reina Máxima de Holanda sigue con su agenda y vuelve a sorprender con su estilismo. Esta vez ha sido en Rotterdam donde la argentina se ha dejado ver con un espectacular vestido verde pistacho entallado de cintura y vuelo, liso, cerrado y tirante ancho. Como complementos se ha decantado por unos zapatos de tacón y un tocado del mismo color camel claro y un detalle floral que decoraba el conjunto con una cartera de mano a juego.
La esposa del rey Guillermo, como en la mayoría de ocasiones, sonreía a las cámaras con entusiasmo y derrochaba su habitual simpatía. Aunque recientemente ha recibido varias críticas por su último viaje a Japón, en el que asistió al g20. Allí, como defensora especial de la ONU para la Financiación Inclusiva, dio un emotivo discurso sobre el feminismo en el que líderes mundiales como Donald Trump, Justin Trudeau o Pedro Sánchez estaban presentes.
Pero todo se torció cuando la Máxima de Holanda atendió al príncipe Bin Salman, quien acudió como representante de Arabia Saudí y que está relacionado con el asesinato del periodista Jamal Khasoggi.
La argentina mantuvo una conversación con el heredero saudí acerca de mejorar la posición económica de las mujeres en su país, un gesto que no ha sentado nada bien ni a los holandeses ni a miembros de la ONU.
La simpatía y la cercanía que caracterizan a la esposa del Rey Guillermo, y su formación y profesionalidad, la han llevado a convertirse en un valor activo para la Corona. Sus inicios no fueros fáciles, por la relación de su padre con la dictadura argentina de Videla. Sin embargo, Máxima ha sabido ganarse a los holandeses gracias a su personalidad. A pesar de que ahora esté envuelta en un debate polémico, la Máxima de Holanda no parece echarse abajo y sigue derrochando simpatía, y así lo refleja en su rostro y en sus looks.