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La agenda de Matilde de Bélgica, como Defensora de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODD) de la ONU, le ha llevado estos días hasta Costa de Marfil. Un viaje en el que los gestos cercanos, e insólitos, de la Reina en los distintos actos en los que ha participado hubieran sido los protagonistas de no ser por la elección de su look: un vestido de Oscar de la Renta, cuyo precio supera los 1.500 euros.
Mientras que la familia real británica pasa por su horas más difíciles, sobre todo tras la decisión de la reina consorte Camila de posponer su agenda por "agotamiento", que ha desatado una oleada de críticas, la entrega y cercanía de reina Matilde de Bélgica en este viaje a Costa de Marfil ha sido muy aplaudido. Comenzó su agenda en el hospital maternoinfantil Dominique Ouattara en Bingerville. En este centro especializado para madres y sus hijos, la Reina conoció a jóvenes pacientes que habían recibido implantes cocleares tras una operación quirúrgica y que ahora están aprendiendo a hablar de nuevo. Algo por lo que se interesó mucho la monarca, ya que ella estudió Psicología y se especializó en logopedia.
La Primera Dama de Costa de Marfil y la Reina visitaron los departamentos de neonatología, oncología pediátrica y pediatría del hospital. La mujer de Felipe de Bélgica se tomó el tiempo para charlar con algunos pacientes jóvenes y sus madres.
A pesar de no tratarse de un viaje como monarca, sino por el cargo que ostenta en la ONU desde 2016, Matilde de Bélgica fue recibida con todos los honores y fue recibida por el presidente, Alassane Ouattara, y la Primera Dama, Dominique Ouattara, le acompañó en durante toda la visita. En la sala de recuperación de la unidad pediátrica, la Reina se reunió con un logopeda y con niños de entre dos y cinco años, que llevaban un implante coclear y que les permitirá desarrollar el lenguaje. Como una alumna más, Matilde se sentó en uno de los pupitres a escuchar las explicaciones.
Tras esta visita, Matilde se trasladó un centro de tránsito de la ONG Cavoequiva en un barrio pobre de Adjamé, ciudad cercana a la capital económica, Abiyán, en Costa de Marfil. Allí se alojan niñas que vivían en la calle y que han sido víctimas de trata de personas, explotación u otras formas de violencia. La monarca comprobó como la ONG no sólo les ofrece alojamiento, sino también formación básica como aprender a leer y escribir, así como aprender a coser. Para muchos, la mujer de Felipe de Bélgica es una de las 'royals' más elegantes.
A su llegada fue recibida con canciones y bailes interpretados por los jóvenes residentes y 'participó' en una de las clases sentándose, como una alumna, más en uno de los pupitres. Después, la Reina visitó el taller de costura y se animó a coser una pieza junto a una de las alumnas. La tela era tan colorida como el vestido que Matilde escogió para su primer día en Costa de Marfil. Un diseño rosa, con estampado de flores, de Oscar de la Renta, que estrenó en 2022, y que también tiene en su armario Jill Biden, la primera dama de los EE.UU.
