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Federico y Mary de Dinamarca están teniendo un verano de lo más movido, y es que ahora, en pleno agosto, se encuentran inmersos en un tour por diferentes regiones de su país que está dejando momentos para el recuerdo, y algunos de lo más entrañables. Sin embargo, la pareja no ha podido evitar que la Prensa nacional e internacional se fije en su actitud cuando todavía colean los rumores de crisis entre ellos tras el 'desliz' de Federico con Genoveva Casanova hace sólo unos meses. Desde que su cita con la actriz mexicana en Madrid saliera a la luz, los reyes daneses han estado en el disparadero y cada uno de sus movimientos se mide al milímetro, y eso es lo que les ha pasado durante su visita a la región de Bornholm.
A pesar de que posaron muy sonrientes en el inicio de su viaje hace sólo unos días, el matrimonio se mostraba bastante distante, y tan sólo protagonizaron un posado ante los medios en el que se les veía algo tensos y hasta incómodos, una actitud que no cuadraba con la que semanas antes habían tenido en los JJOO de París. Él apoyaba su mano derecha sombre el hombro de ella, y tras unos segundos para hacerse las fotos, los dos siguieron su camino. Este tipo de actitudes han hecho que muchos vuelvan a preguntarse si realmente la crisis matrimonial está superada, pero antes de que los rumores vayan a más, Federico y Mary han cambiado de actitud radicalmente.
Parece, por tanto, que los Reyes leen ávidamente la prensa y se han dado cuenta de lo que pasaba, porque si hasta el martes se mostraban algo distantes, este miércoles las imágenes que nos dejaban eran casi de adolescentes recién enamorados: miradas cómplices, tiernos abrazos, risas, pequeños comentarios que provocaban la sonrisa del otro... todo un cambio como del blanco al negro que parece disipar todas las dudas que han salido a la luz estos días.
Este miércoles, además, los Reyes visitaron la zona de Assens e hicieron una parada en el Kredslab, un laboratorio en el que se imparten clases de verano para jóvenes de 7º a 9º grado donde se llevan a cabo experimentos, por ejemplo, sobre aguas residuales. Según contó una de las alumnas, se mostraron muy simpáticos e interesados en lo que hacían, especialmente Federico, que hizo varias preguntas: "Es muy surrealista conocerlos, una experiencia absolutamente salvaje que nunca olvidarás. Él preguntó mucho acerca de qué experimentos estábamos haciendo. Fue realmente genial habló con nosotros de una manera completamente relajada", señaló la estudiante.
