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Un año más, el príncipe Alberto de Mónaco y la princesa Charlene han querido felicitar las fiestas navideñas con su tradicional 'christmas' de Navidad. Una imagen familiar totalmente entrañable en el que el matrimonio y sus dos hijos, los mellizos, Jaime y Gabriela posan frente a una chimenea cuidadosamente adornada y junto al clásico árbol de Navidad adornado en tonos azules y marrones. La tarjeta navideña esta acompañada por una frase sencilla pero entrañable: "La familia principesca se complace en compartir su tarjeta de felicitación con ustedes".
Pero estas palabras no es lo único que hace especial está felicitación navideña de los príncipes Alberto y Charlene. Te contamos cinco detalles de la felicitación de Navidad del príncipe Alberto y la princesa Charlene que la hacen más especial que nunca.
Lo primero que podemos destacar es el ambiente acogedor de la postal navideña. Aunque está tomada en uno de los elegantes y majestuosos salones del Palacio, la chimenea encendida aporta una sensación de hogar y calidez.
Es la primera vez que una de las mascotas posa junto a ellos. En la instantánea podemos ver a un pequeño perro chihuahua, sentado en el regazo de la Princesa Charlene que le da un toque personal, familiar y espontáneo esta fotografía oficial.
El cambio de estilo de la princesa Charlene. La mujer del príncipe Alberto muestra un estilo mucho más juvenil y bohemio. Charlene posa con un vestido de punto de hilo metálico de cuello cisne diseño de Ralph Lauren. Para potenciar al aire boho del vestido, Charlene ha incorporado un cinturón ancho con una gran hebilla vintage. Peina su melena bob con un peinado con ondas Holywood.
La armonía cromática de la imagen. El abeto está perfectamente conjuntando con el sofá de terciopelo, la pared y la alfombra persa que decora el salón. Además, todos ellos contratan con el tono tierra del vestido de Charlene y el vestido rosa pastel de la Princesa Gabriela.
Jaime, un pequeño 'miniyo'. El mellizo de los Príncipes de Mónaco aparece vestido exactamente igual que su padre. Ambos posan con trajes azules con la única diferencia que Alberto de Mónaco lleva camisa y su hijo una camiseta blanca de algodón.
