El Imperio del Sol Naciente tiene nuevos emperadores: Naruhito y Masako

Como marca la tradición de la casa imperial nipona, el emperador es casi una deidad y debe acudir solo a la ceremonia de entronización. Protocolo que cumplió al milímetro Naruhito, que saluda al pueblo a su llegada al Palacio Imperial.

La ceremonia se celebró en el Salón de los Pinos ('Matsu no Ma') del Palacio Imperial de Tokio, donde tienen lugar los acontecimientos más importantes del país. Estaba presente el nuevo emperador, Naruhito, y el príncipe Akishino, hermano de Naruhito, y primero en la línea de sucesión al trono.

Fue un acto dividido en dos partes. En la primera, reservado solo para los hombres, Naruhito recibió dos de los tres símbolos históricos del trono: una espada y una joya portadas en sendas cajas cerradas (el tercer símbolo, un espejo, permanece guardado en el santuario sagrado de Ise) y los sellos imperiales del Estado y del palacio.

Como marca la ley, la ya emperatriz Masako llegó sola en un coche a la ceremonia de entronización de su marido y no pudo estar presente, por la misma ley, durante la entrega de los Tesoros Sagrados.

La segunda parte de la ceremonia, en la que ya participó toda la familia imperial, fue la primera audiencia pública de Naruhito en el Salón de los Pinos. El nuevo emperador abría la comitiva real seguido a cierta distancia por la emperatriz Masako, como marca los cánones, que nunca podrá ir a su lado.

Un antiguo guerrero samurai a caballo dispara una flecha a un objetivo para celebrar la nueva era imperial Reiwa, que marca el inicio del reinado del nuevo emperador de Japón Naruhito, el 1 de mayo de 2019, justo un día después de que su padre, el emperador Akihito, abdicara.

Caligrafía con el nombre de la nueva era imperial 'Reiwa' significa orden y armonía, y marcará todo el reinado de Naruhito (59 años) y Masako (55 años).

Los sacerdotes sintoístas son los encargados de informar sobre el comienzo de la entronización del nuevo emperador a los antepasados ​​de la familia real en el Santuario Meiji en Tokio.

Naruhito y su esposa Masako ya proclamados nuevos emperadores del País del Sol Naciente.

Durante el acto, ante casi 300 personas, Naruhito pronunció un discurso ensalzando la figura y labor de su padre, el emperador Akihito, y prometió seguir sus pasos y 'modernizar' la casa imperial nipona, la más antigua del mundo.

Y mientras en el Palacio Imperial se vivía un momento histórico, el pueblo también tenía su particular festejo en honor a su nuevo emperador Naruhito.

Para desearle buena fortuna a su 126º emperador, en los distintos barrios de Tokio tuvieron lugar distintos actos como esta 'procesión' con un santuario portátil o 'mikoshi' en el barrio Nakanobu.

Los turistas que durante estos días visitan Tokio también quisieron inmortalizar este momento histórico. No todo el mundo tiene la suerte de asistir a la proclamación de un emperador y menos de la dinastía más antigua del mundo.