De las fotos oficiales a la cena de gala
La polémica boda finalizó con las fotos oficiales, el banquete y un novio, Alberto, que tendrá que hacerse un test de paternidad para confirmar la existencia de otro hijo.
La polémica boda finalizó con las fotos oficiales, el banquete y un novio, Alberto, que tendrá que hacerse un test de paternidad para confirmar la existencia de otro hijo.
Poco antes de llegar a la Ópera, donde se celebraría el banquete nupcial, la pareja estuvo haciéndose las fotos oficiales, como ésta, en la que ya convertidos en marido y mujer posan con sus familiares y los distintos representantes de las casas reales europeas.
La imagen fue tomada en la espectacular escalinata que conduce al patio de honor del Palacio, donde se celebró la boda religiosa.
Después de hacerse las fotos oficiales, descansar un poco y cambiarse de ropa, a las 21.42 horas, Alberto y Charlene llegaban a la Ópera de Montecarlo, también conocida como Ópera Garnier.
Charlene de Mónaco, a su llegada a la Ópera, se mostraba en un primer momento más relajada y sonriente después de la tensión que había vivido durante la ceremonia y que le había hecho llorar de emoción en la ofrenda floral en Santa Devota.
Charlene charla con uno de sus invitados a su llegada a la Ópera. La joven se ha cambiado de ropa, como el resto de sus invitados, algo poco habitual en las bodas tradicionales.
La princesa lucía otro diseño de Giorgio Armani Privé en tono blanco y ha mantenido el recogido del enlace.
La polémica ha acompañado a la pareja hasta el último momento.
En la tarde del mismo día de su boda religiosa, el periódico 'The Telegraph', citando a la agencia France Press, hacía público que, tras la boda, el príncipe debería someterse a un test para determinar la paternidad de un tercer hijo secreto nacido fuera del matrimonio (Alberto ya tiene a Alexander, de seis años, nacido de su relación con Nicole Coste, y Jazmine, de 19, hija de Tamara Rotola).
Se trataría de un niño de 18 meses, hijo de una mujer italiana. Además, se habla de un cuarto hijo que podría haber tenido con Nicole Coste.
El conocimiento de estos dos nuevos hijos es lo que habría llevado a Charlene a última hora a querer anular su boda unos días antes. La joven quiso marcharse a su país con un billete sin vuelta, finalmente dio marcha atrás.
Junto con la pareja fueron llegando todos sus invitados.
Como una estrella de Hollywood, respaldada por sus dos hermanos, entró Carlota en la Ópera.
La joven princesa lucía un vestido de alta costura con capa de Giambattista Valli con palabra de honor de color azul y capa a juego.
La princesa Estefanía ha llegado acompañada de Enrique de Luxemburgo.
La hija menor de Rainiero y Grace ha lucido un vestido plateado.
Pierre de Mónaco acude al lugar del convite junto a su pareja (tras él).
Los invitados han disfrutado de un magnífico banquete, ofrecido por el chef Alain Ducasse, que posee 20 estrellas Michelín.
Ducasse, por expreso deseo del novio, ha ofrecido un convite siguiendo la preservación del medio ambiente y ofreciendo productos muy naturales y ecológicos que se han recogido, la mayoría, de los terrenos del propio príncipe esta misma mañana.
Charlene, vegetariana, ha agradecido mucho que no se haya servido alimentos como foie.
Las parejas de los hijos de Carolina han entrado las tres juntas en la ópera, demostrando una vez más su buena relación.
De izq. a drcha., Tatiana Santodomingo, novia de Andrea; Alex Dellal, pareja de Carlota, y Beatrice Borromeo, novia de Pierre.
Luis Alfonso de Borbón y Margarita Vargas estaban entre los 450 selectos invitados que han asistido al banquete nupcial.
Los invitados eran casi tantos comos las personas que han ayudado al chef a elaborar la cena: 350 personas. Ha sido servida en la terraza de la ópera y preparada en las cocina de Luis XV en el Hotel de París.
Los príncipes Magdalena y Carlos Gustavo de Suecia han asistido también con distintas prendas. Ella, con un vestido en tonos plateados, y él, con traje de gala.
Como el resto de invitados han degustado los alimentos ecológicos de la zona y también algunos en honor a la novia: gambas de la Riviera italiana y un vino suave de Sudáfrica y de postre, una tarta nupcial coronada por la protea, la flor nacional de Sudáfrica.
El brindis ha sido con un 'Perrier-Joüet Bélle Epoque', del que cada botella cuesta 996 euros.
Los príncipes Victoria y Daniel de Suecia a su llegada a la Ópera. Además del banquete nupcial, tras el brindis habrá un espectáculo de fuegos artificiales y un baile.
En la cena, a la que han acudido los reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia, los comensales han estado repartidos en mesas de diez personas.
En la cena se han servido 150 kilos de pescados, 50 de fresas, 30 de moras, 20 de frambuesas y 100 litros de leche.
Las principales familias reales europeas han acudido a la ceremonia religiosa y al convite nupcial, como Guillermo de Holanda y Mary de Dinamarca.
De quien no ha habido representación ha sido de la familia real española. El único que se sabe que ha recibido la invitación al enlace ha sido el Rey, que se ha disculpado porque el mismo día recibía en Madrid a Hillary Clinton.
La princesa Matilde de Bélgica llega a la ópera para disfrutar del convite nupcial.
Mette-Marit de Noruega, a su llegada al lugar del banquete.
El príncipe Laurent de Bélgica, que protagonizó una caída a su entrada en la ceremonia religiosa, y su esposa, Claire.
Jean-Michel Jarre, que ofreció un concierto en honor a la pareja el día de su boda civil, a su llegada al banquete.
Los príncipes Katerina y Alexander de Serbia se disponen a entrar en la ópera para disfrutar del menú elaborado por Alain Ducase.
La duquesa de Castro, muy llamativa, acompañada de su esposo.
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