María Jesús Ruiz se ha visto en la obligación de abandonar por unos días su aventura en Honduras. La modelo tiene que estar este lunes en España para asistir al juicio por la denuncia que interpuso contra su ex, José María Gil Silgado. Aunque pidió un aplazamiento para que no coincidiera con su estancia en el reality, su petición fue rechazada, por lo que su viaje es inevitable.
Al enterarse de la noticia, la modelo montó en cólera y comenzó a gritar dentro del agua. “¡Qué asco de tío! ¡Vaya mierda de tío! Siempre me está amargando la vida. ¡Maldita sea la hora que lo conocí!”, repetía una y otra vez, intercalando algún que otro improperio más fuerte.
Su reacción provocó una gran conmoción entre sus compañeros, que no entendían nada de lo que estaba pasando. “Si no hubiese conocido a esa persona qué feliz sería”, asegura mientras lloraba en compañía de Romina y el Maestro Joao. “Esto ha sido un error en mi vida y estoy pagando las consecuencias. Jamás he hecho nada malo a nadie”, afirmaba.
Además, aprovechó para darle un cuestionable consejo a la argentina: “Eres muy joven. Te aseguro que lo único que te puede hacer daño en esta vida son los hombres”. Sin embargo, se mostró muy agradecida por tener en estos momentos a su lado a su actual novio, el empresario Julio Ruz: “Ahora tengo un señor en mi vida que lo da todo por mí. Él por mí y yo por él”.
En el plató de ‘Supervivientes: Conexión Honduras’, Sandra Barneda quiso aclarar todas las dudas sobre su marcha momentánea. Señaló que, al tratarse de un viaje inaplazable, no se considera un abandono y volverá el próximo jueves en calidad de concursante de pleno derecho. Del mismo modo, se enfrentará a su posible expulsión por estar nominada. A su llegada a España, estará vigilada en todo momento y tan solo podrá hablar con su abogado. A su vez, seguirá con el mismo régimen alimenticio diario de sus compañeros: 50 gramos de arroz y una ración pequeña de pescado.
Por su parte, Julio Ruz quiso defender la postura de su chica: “Sabíamos que esto podía pasar. No es ningún privilegio. En las condiciones en las que está, hacer tantas horas de vuelo es muy difícil. Más para lo que viene. Imaginaos lo difícil que va a ser para ella estar a 100 metros de sus hijas y no poder verlas”.
