Tristeza y desolación en el último adiós a Blanca Fernández Ochoa. Los restos mortales de la esquiadora olímpica llegaban desde el Instituto Anatómico Forense este viernes 6 de septiembre, a última hora al tanatorio de Cercedilla, el pueblo natal de Blanca. Este sábado 7 de septiembre a primera hora se han abierto las puertas para que su pueblo, sus seguidores y vecinos puedan arropar a la familia que despide a la primer mujer española en ganar una medalla olímpica.
Los primeros en llegar a la capilla ardiente eran familiares y amigos que con gran emoción han llegado al velatario para despedirse de Blanca Fernández Ochoa. Los primeros en llegar han sido sus hijos, Olivia y David Fresneda, muy afectados tras el duro varapalo de perder a su progenitora con tan sólo 56 años.
En la capilla ardiente también hemos podido ver a su hermana, Dolores Fernández Ochoa, que en todo momento se ha mostrado muy agradecida por el cariño que ha recibido su hermana por parte de sus seguidores y de todo el mundo que ha ayudado en estos angustiosos momentos de búsqueda.
Otra de las personas que tampoco han dudado en acudir a primera hora a la capilla ardiente para despedirse de Blanca Fernández Ochoa ha sido su amiga, Coral Bistuer, que ha llegado acompañada de su marido, Javier Valero. Vestida completamente de negro y con grandes gafas de sol, la ex campeona de taekwondo se ha mostrado muy afectada por la pérdida de su amiga.
Tras la multitudinaria despedida que se espera que reciba la deportista, la familia al completo tiene la intención de esparcir sus restos en uno de sus rincones preferidos de la madrileña sierra de Guadarrama, los Siete Picos, un lugar muy especial para ella.