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Tamara Falcó ha reconocido que tuvo que superar muchos obstáculos hasta dar el 'Sí, quiero' a Íñigo Onieva, y que hay muchos contratiempos que todavía no se conocen. Pero no los hizo públicos por miedo a que se dijese que su boda estaba gafada. Algunos sí son 'vox populi', como la infidelidad por parte de su novio, que se supo un día después de anunciar su compromiso; los problemas que tuvo para encontrar su vestido de novia después de que Sophie et Voilà rompiese su contrato con ella; el robo de las joyas que iban a lucir algunas de las invitadas al enlace; por no hablar de que el camión que transportaba los zapatos del día de su boda, se quemó y tuvo que buscar otros a unos días del enlace. Incluso ya en plena ceremonia las señales se seguían sucediendo: como cuando a uno de los sacerdotes que oficiaba la misa se le quemó la sotana.
Tamara siempre se ha mostrado positiva ante estos reveses, incluso llegó a perder su anillo de casada y pareció no darle importancia- pero la penitencia va por dentro y así lo ha confirmado la hija de Isabel Preysler durante la tertulia de 'El Hormiguero' (Antena 3). "No contaste más cosas de la boda por temor a que se dijera que estaba gafada, pero sí que pasaron, ¿no?", le preguntó Pablo Motos. La colaboradora televisiva ha confirmado que sí, que pasaron "muchas más". "Lo de que el camión que llevaba mis zapatos había explotado y que se incineró el 65%... hasta los mensajeros alucinaban porque no les había pasado antes. Fue una carrera de obstáculos, pero bueno, llevé otros zapatos, tampoco pasa nada", ha señalado.
Ha sido entonces cuando Motos le ha pedido permiso a Tamara para contar un detalle de la ceremonia que demuestra cómo Tamara soltó toda la tensión que llevaba meses acumulando. "Creo que justifica lo que pasaste hasta llegar a la boda y cuándo os casasteis y el cura os declaró marido y mujer, te giraste e hiciste un gesto con el brazo (como de haberlo logrado)", ha revelado el presentador.
"¿Lo hice?", ha dicho Tamara sorprendida y demostrando que fue algo totalmente espontáneo. "Es que claro, llegar hasta allí fue muy heavy, lo sabe toda España. Al final Íñigo y yo hemos tenido que luchar un montón. Hasta 3 días antes con todas las cosas que surgen, te entaran dudas, nervios", ha reconocido la marquesa de Griñón.
