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Aunque ya casi saborea las mieles de la jubilación, a Lydia Lozano no le pesan los 63 años que acaba de cumplir, y es que con su energía aún le queda cuerda para rato. La periodista y colaboradora televisiva festejó su nueva vuelta al Sol con varios amigos en el centro de Madrid, en un lujoso restaurante en pleno barrio de El Viso, a donde se desplazaron varios de sus amigos más cercanos, y por supuesto no faltó su adorado Charly, su marido. Sin embargo, también hubo notables ausencias, ya que por allí no se dejó ver ninguno de sus compañeros de 'Sálvame' y 'Sálvese quien pueda', reality de Netflix con el que ha cosechado un gran éxito.
Lydia se desmelenó ya antes de entrar en el restaurante, y es que termina un año convulso pero que al final ha terminado mejor de lo esperado: "Ha sido un año muy duro, pero también ha tenido sus buenos rollos. Lo de Netflix ha sido un regalo, el mejor regalo que me podrían hacer por mi cumpleaños, y nada, a tomar una copita con unos amigos", señaló a los reporteros que la esperaban a la entrada del recinto.
Tras el final de 'Sálvame' este verano, Lydia se ha reinventado con el reality de Netflix, ha empezado su andadura como colaboradora en TVE y, además, ha anunciado que escribirá un libro. Un año muy bueno en lo profesional que ha querido celebrar de la mano de Charly, y también de amigos como la periodista Pilar Vidal; el juez Santiago Pedraz y su pareja, Elena Hormigos, que llegaron con el carrito de su bebé recién nacido, y el productor musical Alejandro Abad.
