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Rebeca Sala salió de su Elche natal con el propósito de ser actriz. Una niña de dieces y que en el colegio le dijeron que se podía dedicar a todo lo que quisiese, pero ella eligió la interpretación. Rebeca Sala cogió las maletas y vino a estudiar a Madrid. Aunque ella se creía que el éxito le iba a llegar al instante, se dio cuenta de que era una carrera de fondo. Su primer trabajo televisivo le llegó a los cinco años de estar en la capital, en “El comisario”. Después llegarían otros muchos personajes en televisión como en “El secreto de Puente Viejo” o ahora en “La que se avecina”.
Te vemos feliz con estar en “La que se avecina”, ¿cómo te embarcas en este proyecto que lleva tantos años en pantalla?
Era la típica serie que ves y te preguntas: ¿Alguna vez trabajaré yo ahí? Siempre se me pasó por la cabeza porque hacía comedia. Yo ya había trabajado con la productora en la serie “El pueblo”, y me acuerdo que en aquel momento que me llaman estaba haciendo teatro y me llamaron por si me podía incorporar casi de un día para otro. Y lo que iban a ser tres sesiones se convirtieron en diez. Después pasaron muchos meses y Alberto Caballero me llamó para que hiciera este personaje en “La que se avecina” para un capítulo y me quedé toda la temporada.
¿Vas a estar en la próxima?
Todavía no lo sé. ¡Ojalá! De momento, no se sabe si habrá otra, aunque se intuye que sí.
Es una serie que lleva catorce temporadas y son como una familia, ¿cómo te acogieron?
Desde el primer día noté su apoyo totalmente. Me sorprendí cuando iban llegando a maquillaje.
Hay actores con mucho recorrido como Fernando Tejero, Loles León o Macarena Gómez. ¿Qué significa trabajar con ellos?
A Macarena la conocía de una cena y no me sorprendió al grabar con ella. Pero te confieso que al verles tanto en la serie, es como si les conocieras de siempre. Y lo que ocurre es que como te metes en un personaje, no eres tú, y tienes delante a otro personaje. No tuve la sensación de estar delante de un actorazo. Reconozco que no soy mitómana, aunque sí tengo mis referentes y actores con los que me encantaría trabajar.
Cuando empezaste en esta profesión, ¿creías que ibas a avanzar tan rápido?
Pues te confieso que creía que iba a llegar todo esto antes.
¿Por qué?
Porque me veía con 26 años haciendo las series más grandes de España.
Cuando no ha sido así, ¿te has sentido frustrada?
No, porque siempre he estado haciendo lo que me gustaba, que es metiéndome en la piel de personajes. Pero te confieso que cuando me dieron mi primer papel en “El comisario” pensé: ¡Ya era hora! Eso fue en 2008 y yo había llegado en 2003 a estudiar.
Así que siempre has sido muy inquieta.
En el trabajo sí, porque me encanta trabajar. Siempre he sido muy buena estudiante y yo quería trabajar ya.
Pero la profesión de actriz no es así.
Me he dado cuenta. Dicen también que a las actrices cuando van cumpliendo años menos las llaman. A mí me está pasando lo contrario. Supongo que es porque gano seguridad en mí misma, me abro al merecimiento e igual soy más interesante ahora que cuando era más jovencilla.
¿Por qué quisiste ser actriz si eras una niña de sobresalientes? Podrías haber triunfado en cualquier otra profesión.
En el colegio, cuando nos hicieron las pruebas para saber a qué nos podíamos dedicar, a mí me salía que me podía dedicar a todo. Y, por eso, decidí hacer lo que me gustaba: ser actriz.
¿Tu familia qué te dijo?
Mi madre fue la que me ayudó. Yo soy de Elche y no tenía ningún tipo de contacto con el mundo del espectáculo. Yo creía que eso no era una profesión, simplemente era algo que ocurría. Mi madre fue la que me buscó la Universidad para estudiar Interpretación.
¿Y cuando llegas a Madrid?
Cuando llegué a Madrid ya empecé a tener contacto con otros actores y el novio que me eché la primera semana que estaba en Madrid, ya le había visto antes en televisión.
¿Quién era?
Secreto. Le había visto en un programa que se llamaba “Estudio de actores”, que duró muy poco tiempo. Pero volviendo a la pregunta de cuando llegué a Madrid, me acuerdo que me encontré con mi madre a Gabino Diego, y ella se volvió loca. Yo me avergoncé un poco, porque ya tenía como un respeto a esas personas porque yo algún día podría estar en esa misma situación.
¿Cómo es ese momento que eres tú a quien paran por la calle?
A mí me parece muy bonito, porque la gente se acerca siempre para alabar tu trabajo. Cuando trabajaba en “El secreto de Puente Viejo” me paraban muchas mujeres para decirme lo feliz que hacía a sus padres en sus últimos años de vida. Eso es muy bonito y la magia de esta profesión. Siempre se me han acercado con mucho respeto y eso es un regalo de la vida.
¿Hay mucha competitividad en tu profesión? Porque lo pintas como si fuera todo maravilloso.
Esa es mi visión, pero hay de todo, porque hay muchas carreras y muchas personas. Yo te cuento cómo yo lo vivo, pero soy consciente de que hay de todo. Yo le he llegado a pasar castings a mis compañeras. Porque pienso que si es para ti, te lo van a dar y si es al contrario, no te lo van a dar por la cara. Yo no vivo esta carrera con competitividad.
Pero todo el mundo no es como tú y hay rivalidad.
Sí, pero eso está en tu cabeza. El gustar a la gente no lo puedes controlar, está en tu cabeza. Todos deberíamos hacer un trabajo interno y así todo sería más fácil y bonito. Yo nunca he sentido envidia por nadie.
Has trabajado en una serie de éxito como “El secreto de Puente Viejo”, que llegó a triunfar en Italia. ¿Te has planteado ir allí a trabajar?
Sí, cuando terminó la serie empecé a contactar con gente de allí, pero entró la pandemia. Lo tenía todo preparado, pero no pudo ser. Pero es una cosa que sigue en mi cabeza, aunque no lo he visto fácil porque tengo trabajo aquí.
Describes tu papel en “La que se avecina” como “la novia perfecta”, ¿en la vida real lo eres?
Lo era, pero he tardado cinco años en encontrarme a mí misma. Yo necesitaba poner límites con las personas que estaba. Ahora he conseguido hacer eso.
¿Y has encontrado a ese hombre para poner límites?
Puede que esté llegando. Antes tenía la necesidad de complacer en todo y ahora sé lo que quiero yo.
¿Ser buena es un defecto?
En el momento que eres buena para que pasen por encima de ti, sí es un problema. Es algo que no puedes consentir mucho tiempo, porque termina desgastando.
Por lo que veo, tú te has desgastado.
A nivel personal, sí.
Profesionalmente, ¿te has marcado alguna meta?
Sí, pero me voy marcando metas accesibles, es decir, metas que son conseguibles para mí. Por ese motivo siempre las he conseguido. Mi primera meta fue decir que era actriz; la segunda fue vivir de lo que me gusta, y la tercera es seguir así, sin estrés y confiando.
Su belleza, al descubierto
Antes de irme a la cama... Me limpio muy bien la cara; me hidrato cara, pies y manos, y a meditar. Porque cuando estás en paz, es cuando mejor cara tienes.
Mi perfume... Casi no uso. La gente dice que me huele muy bien la piel.
Mi producto de belleza ideal... Todos los productos para hidratar el pelo.
Voy a la peluquería... Una vez al mes, más o menos.
En maquillarme tardo... Cinco minutos o menos.
En mi bolso siempre llevo... Cacao y corrector de ojos.
Dieta... No como productos procesados y el mínimo alcohol posible.
Mi fondo de armario... Un abrigo con capucha, porque soy muy friolera.
Ejercicio... Voy al gimnasio.
Nos citamos con Rebeca en...
Quedamos con Rebeca en nuestro plató para hacer este reportaje. Desde el primer momento, la actriz se mostró de lo más encantadora y se tomó la sesión de fotos como un juego, aunque con una profesionalidad absoluta. Se dejó aconsejar tanto por el fotógrafo como por la estilista. En la foto, con todo el equipo, Rebeca luce un abrigo de Alba Conde, 304 €.
Ayudante de fotografía: Idoia Vitas | Estilismo: María Álvarez | Maquillaje y peluquería: Pablo Cerdán
Daniel I. Carande lleva dos décadas en el mundo de la prensa del corazón. Con veinte años comenzó su andadura en la revista Diez Minutos, donde continúa cubriendo las mejores fiestas de nuestro país, hace diferentes reportajes y entrevistas a los rostros más conocidos de nuestro país. Durante unos años, compaginó su actividad en la prensa escrita en la revista ¡Qué me dices!.
La radio también se ha cruzado en su camino. Desde hace diez años, es uno de los colaboradores en la sección radiofónica de ‘Crónica Rosa’ de ‘Es la mañana de Federico’ programa presentado por Federico Jiménez Losantos en Esradio.
Además, también ha participado en diferentes programas de televisión como ‘Las mañanas de Cuatro’, ‘Las mañanas’ (La 1 de TVE), ‘Estando contigo’ (Canal Castilla La Mancha) y actualmente es uno de los colaboradores del programa de Antena 3 ‘Y ahora, Sonsoles’, presentado por Sonsoles Ónega.
Estudió Periodismo en la la Universidad San Pablo-CEU de Madrid. Y desde el principio tenía claro que lo suyo era comunicar y colarnos en la vidas y casas de los famosos más relevantes de nuestro país gracias a sus crónicas y a sus entrevistas.





















