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Un invitado de la boda de Cayetano Martínez de Irujo confiesa su crítica del enlace: "Hacía mucho calor". El primer fin de semana de octubre tenía lugar una muy esperada ceremonia, la boda de Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan tras más de diez años de relación. Aunque el evento tuvo un inesperado cambio de última hora por el que el enlace tuvo que retrasarse unos minutos, la pareja se dio el 'sí quiero' en la Iglesia del Cristo de los Gitanos, en Sevilla.
La boda congregó a unos 300 invitados de la alta sociedad, que lucieron sus mejores galas y celebraron por todo lo alto el amor que se tienen los ya marido y mujer. Tras la ceremonia, no solo Cayetano y Bárbara han estado en pleno foco mediático, sino que también hemos recordado a Genoveva Casanova, la exmujer del aristócrata, que viajó a México unos días antes del enlace. "Se alegra muchísimo por la boda y además me consta que quiere mucho a Bárbara y que les desea lo mejor", aseguró Patricia Cerezo, íntima de Genoveva.
La crítica de un invitado a la boda de Cayetano y Bárbara: "Hacía mucho calor"
A pesar de ser uno de los eventos más esperados del año, poco más de tres semanas después salen las primeras quejas de los asistentes. Las primeras han llegado de Hubertus von Hohenlohe, aristócrata amigo de la familia: es esquiador alpino, fundó la Federación Mexicana de Esquí e incluso representó al país en los Juegos Olímpicos en 1984. Y por si fuera poco, también se ha labrado una carrera musical.
Aunque dice que la boda fue "muy bonita", una de sus principales críticas iba relacionada con la temprana hora a la que se organizó todo, así como con el calor que hacía en el sur del país. "No tuve mucha resaca porque me fui a la cama como a las once, como era todo tan temprano", bromeó. "Más que resaca hacía mucho calor, tenía que haberme puesto en una de esas camas heladas". Para el mexicano, la ceremonia para darse el 'sí quiero' debería haber seguido otro horario: "Yo encuentro que las bodas tienen que ser a las cinco de la tarde, a las siete ir a la fiesta, a las ocho aperitivos y a las nueve cenar. Y después fiesta, porque cuando estás bailando cuando hay todavía sol...", explicaba. Pero pese a las pequeñas críticas de los invitados, está claro que el calor no fue impedimento para llevar a cabo una de las grandes bodas del año.













