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La muerte de Rafael Soto Moreno, conocido como Rafael de Paula, ha teñido de luto del mundo de la tauromaquia. El diestro ha fallecido en su casa de Jerez de la Frontera (Cádiz) a los 85 años. Considerado como una de las más grandes figuras del toreo, era también conocido por sus polémicas fuera de los ruedos. Tras conocerse la noticia el Ayuntamiento de Jerez ha mostrado públicamente sus condolencias a través de la alcaldesa, María José García-Pelayo. "El cielo abre su Puerta Grande para recibir a un jerezano de leyenda. Nos deja Rafael de Paula, genio del toreo y del arte, que llevó con orgullo el nombre de Jerez por todo el mundo", ha escrito la política en la red social X, lamentando la pérdida de una de las firmas más importantes de la ciudad gaditana y una figura inimitable dentro y fuera los ruedos.
De Paula, nacido en Jerez de la Frontera el 11 de febrero de 1940, debutó en la Plaza de Toros de Ronda, en mayo de 1957, el mismo lugar en el que años después, en 1960, recibió la alternativa, de manos de Julio Aparicio y con Antonio Ordóñez, abuelo de Francisco, Cayetano y Kiko Rivera, como testigo. Desde muy joven comenzó a despuntar por su maestría y elegancia hasta el punto de ser una referencia las nuevas figuras del mundo del toreo. Su confirmación en Las Ventas, Madrid, se produjo en mayo de 1974, con el portuense José Luis Galloso como padrino. Tras una larga carrera, el maestro se retiró en 2000, reapareciendo en alguna plaza de forma esporádica.
Rafael de Paula, una vida polémica dentro y fuera de los ruedos
Aunque su trayectoria fue reconocida por el Ministerio de Cultura en 2002, cuando le concedió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, su vida, más allá de su profesión, también ha tenido polémicos capítulos.
Se casó con Marina Muñoz, hija de su primer apoderado, con la que tuvo dos hijos y con la que protagonizó un sonado divorcio. En marzo de 1985, vestido de luces y a punto de salir a torear, fue detenido en el callejón de la plaza de El Puerto de Santa María y procesado por intento de asesinato contra el exfutbolista José Gómez Carrillo, presunto amante de su mujer, Marina Muñoz, cargo del que resultó absuelto. El torero sí fue condenado a dos años de prisión menor por delito de inducción al allanamiento de morada, con intimidación, en junio de 1989 por la Audiencia de Cádiz. Además de sus delitos con la justicia, otro momento que quedará para la historia fue su desencuentro con su hijo Jesús Soto Moreno, durante la presentación de un libro dedicado a Rafael de Paula. El diestro criticó públicamente el libro de Jesús, considerándolo una "porquería". Finalmente le pidió perdón y su hijo ha seguido defendiendo y preservando el legado de su padre.













