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Ana Rosa Quintana (69) va a ser tía abuela en breve, y no puede ocultar su felicidad. Con una sonrisa de oreja a oreja, la presentadora de 'El programa de Ana Rosa' se pasó por los premios Spain Travel Awards la pasada noche del 1 de diciembre, que reconocen a las mejores empresas de la industria turística de nuestro país, y la madrileña, que admitió que es muy viajera siempre que puede, no se los quiso perder. Charló animadamente con la prensa, y allí se mostró pletórica tras la noticia de que su sobrino, Kike Quintana, será padre próximamente junto a su mujer, Cristina, con la que se casó el 7 de septiembre de 2024: "Yo, bastante bien. La que peor lo lleva es Cristina, creo. Bueno, lo están llevando muy bien", afirmó cuando le preguntaron cómo lleva lo de convertirse en tía abuela.
Ana Rosa Quintana también habló sin tapujos sobre si le gustaría que alguno de sus tres hijos (Álvaro, que se casó por segunda vez este verano; y los mellizos Juan y Jaime) le den nietos algún día, y aunque no escondió que le encantaría, no es de esas madres que presionan a sus hijos para que tengan descendencia cuanto antes: "Mira, yo ya no me meto en la vida de las personas, ¿sabes? Ya tienen una edad, que hagan lo que quieran. Si quieren ser padres, que lo sean, y si no quieren serlo, que no lo sean. Pero bueno, me imagino que en algún momento lo seré", señaló.
Ana Rosa Quintana, sobre las dotes como padre de su sobrino Kike: "Va a ser insoportable"
Ahora, por lo menos, podrá ir practicando con el bebé de Kike Quintana, que llegará en los próximos meses. Eso sí, sobre las dotes como padre de su sobrino, Ana Rosa lo tiene claro: "Él es muy cariñoso, así no lo parezca con lo grandullón que es y tal. Es muy familiar y muy cariñoso... yo creo que va a ser insoportable", dijo entre risas con su habitual sentido del humor.
Y es que la relación entre ambos es de lo más especial. De hecho, el propio Kike, en una entrevista que concedió a DIEZ MINUTOS explicó que su humor ácido con su tía es algo que les une mucho: "Nos decimos las cosas, pero intentamos hacerlo con cariño. Curiosamente, mi tía no se mete en mi trabajo, nunca me comenta si le gusta o no. En cambio, si voy a su casa y le espanta como voy vestido, me puede decir 'madre mía, vienes hecho un cuadro'", nos contó.















