Una difícil situación para un hijo
Kiko habló de los encuentros con su madre en prisión: "Las visitas pueden ser de dos tipos: o la ves a través de un cristal más veces o tres horas seguidas en un vis a vis, en una habitación. Nosotros hemos preferido esa opción para estar más cerca de ella".
"Es muy difícil para mí como hijo ir a ver a mi madre allí… Algo que no le deseo a nadie. Pero yo voy y estoy allí las tres horas: la veo, lloramos, bueno ella llora y yo intento que no me vea… también hay momentos en que nos reímos. El momento más duro es cuando te despides. Entonces ella se queda allí sufriendo y yo salgo y tengo mi vida. Me entretengo con mi trabajo, con mi hijo. Pero, la que se queda ahí es mi madre y eso me mata. Se la ve triste, echa de menos a sus nietos, su madre, sus hermanos, sus hijos…", confesó Kiko, afectado.