Cada vez le queda menos a Eva Longoria para ver la carita de su bebé. La recta final de su embarazo siempre es la más dura y la actriz de 43 años lo lleva bastante bien. De hecho, no ha parado de trabajar ni un momento. Ahora se encuentra promocionando su última película 'Overboard' y con tanto trajín no es de extrañar que en cuanto encuentra un hueco en su agenda, Eva Longoria se dedique unas horas a mimarse, que luego cuando nazca el bebé no va a poder.

Por eso, ataviada con un total 'black look' de lo más informal, se dejó caer por su salón de belleza de cabecera en Beverly Hills para darse unos masajes relajantes. ¡Y parece que estos dieron efecto!

Eva Longoriapinterest
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Y es que tanto se relajó la texana que hasta una cabezadita se echó mientras recibía un masaje en las cervicales. Eso sí, si quería ir de incógnito no lo consiguió porque en ningún momento se quitó sus 'discretas' gafas de piloto con cristales de espejo.

Tras su paso por el salón de belleza, Eva continuó con su particular jornada dedicada a ella con una compras, que también son de lo más desestresante.

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Entró en una tienda de menaje del hogar, echó un vistazo y tras unos minutos decidiendo, adquirió unos vasos de cocina y algún que otro utensilio de cocina como un sacacorchos. Y tras despedirse de la dependienta, tan contenta con su compra, se dirigió a su coche rumbo a casa para reunirse con su maridito, José Bastón.

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