Hay recuerdos que se hilan generación tras generación. Las agujas han bordado silenciosamente la historia de familias como la mía. En nuestra casa siempre ha habido una caja de costura, un alfiletero con forma de tomate y unas tijeras que pasaron de madres a hijas, de abuelas a nietas. No se trataba de simples utensilios: eran testigos de tardes de paciencia, de vestidos estrenados en domingos de verano y de costuras que sostenían mucho más que telas.

Las modistas de antaño remendaban el tiempo entre los pliegues de una falda o el dobladillo de un pantalón. Tras la confección de las prendas se escondía la dedicación, el ingenio y, sobre todo, el amor por el buen hacer. A falta de las chaquetas a la venta en el ZARA de la esquina, bastaban unas manos hábiles para transformar lo cotidiano en algo único y vestir así a todas las mujeres de un pueblo.

Volvemos a pasar el tiempo entre costuras

Hoy, cuando lo artesanal vuelve a tener el valor que nunca debió perder y hasta las mesas lucen las vajillas de nuestras abuelas, la costura regresa como un homenaje a esa tradición. Lejos de considerarse un arte del pasado, se han convertido en símbolo de autenticidad, creatividad y sostenibilidad.

Singer Kit de costura

Kit de costura
Ahora 23% de descuento
Crédito: Lidl

Parece imprescindible volver a tener uno de esos estuches y el otro día encontré una opción ideal en Lidl para regalarle a mi madre. No solo estaba rebajada a diez euros sino que además, ahora lo usa a diario. Imagina que un botón se le suelta antes de salir de casa o la costura de alguno de sus vaqueros necesita refuerzo.

Este kit es ideal para alguien como ella, que valora la practicidad sin renunciar al orden y la calidad. Al fin y al cabo, reúne en un estuche compacto todo lo que necesitaría para coser, reparar o personalizar sus prendas. Su diseño interior, cuidadosamente organizado, mantiene cada elemento en su sitio mediante bandas elásticas, lo que facilita el acceso y evita que las piezas se pierdan o se mezclen.

En su interior se dan lugar dos tijeras de distinto tamaño para adaptarse a cualquier tipo de tela y función, un descosedor que permite corregir con precisión los errores, un lápiz de marcado textil para trazar líneas o patrones, y una selección de agujas, alfileres y un dedal metálico exactamente igual al que tenía mi abuela.

El estuche no solo recuerda a otros tiempos por el diseño de su cinta métrica, sino también por la almohadilla de fieltro con forma de tomate, ideal para clavar agujas y alfileres sin perderlos de vista. El pequeño carrete de hilos multicolores te permitirá resolver arreglos rápidos sin necesidad de acudir a la mercería, y su formato compacto lo hace perfecto tanto para el hogar como para llevar en el bolso, la maleta o el coche.

Este conjunto no solo está pensado para quienes ya tienen experiencia en costura, sino también para principiantes que desean iniciarse en este arte con un equipo completo y de calidad. Es una excelente opción para enseñar a los más pequeños a reparar o crear sus propias prendas, fomentando la creatividad, la paciencia y la autosuficiencia. En cada puntada habrá un eco de aquellas mujeres que cosían porque, aunque los tiempos cambien, la costura sigue siendo el hilo invisible que nos mantiene unidos.

Headshot of Juan Sáez

Juan Sáez es experto en cultura pop, crónica social y estilo de vida. Escribe acerca de fenómenos sociales y culturales bajo una mirada crítica y comprometida. Lo que Carrie Bradshaw habría sido si, en lugar de subirse a unos Manolos, se hubiera comido una caja de seis.

Licenciado en Periodismo por la Universidad Carlos III, analiza tendencias, historias y noticias desde el humor para que el lector ría y reflexione en una sola pieza. Ha colaborado en programas de televisión y crea contenido para redes, donde aporta análisis frescos e irónicos con un sello muy personal.