A ser padre se aprende, lo mismo que a ser madre, la única diferencia es que al hombre a veces parece que le da miedo o vergüenza expresar su ternura. Para ser el mejor padre lo mejor es olvidar tabúes y seguir estas reglas:
1. Dedicación. El tiempo que puedas dedicar a tu hijo hazlo a fondo, establece vínculos.
2. Ternura. Los abrazos, los besos, los juegos… son ternura y no está reservada al sexo femenino. Tu hijo necesita todo eso de ti para sentirse querido y protegido. Libérate de la vergüenza y entrega todo tu cariño.
3. Confianza. La confianza es fundamental en vuestra relación. El mejor apoyo para tu hijo es saber que lo valoras, que lo aceptas tal como es y te sientes orgulloso. En resumen, que tú confías en él. Los padres que no actúan así, sólo están transmitiéndole a su hijo su propia inseguridad.
Tú siempre serás un modelo para tu hijo, en cada momento de su desarrollo aprenderá de tus actos, de tus palabras y sobre todo de tu respeto. Si quieres ser un buen padre, trata de ser un buen hijo y un buen compañero con tu pareja, así tu ejemplo te convertirá en el padre que cualquiera hubiese querido tener.