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Han pasado ya varios días desde que Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan se dieran el 'sí, quiero' en la Iglesia del Cristo de los Gitanos de Sevilla, pero su enlace sigue siendo lo más comentado del momento. De los estilismos que lucieron las invitadas, que ya han comentado expertos en moda como Pelayo Díaz, al de la novia, que ha conseguido poner de acuerdo a la crítica: todos consideran que Bárbara estaba "espectacular". Detrás del diseño que lució la ya mujer del conde de Salvatierra, hay muchas horas de trabajo y otros tantos secretos que vamos a descubrir de la mano de su creadora, Cristina Martínez-Pardo Cobián, fundadora de la firma de moda nupcial Navascués. "Quería homenajear de alguna forma a doña Cayetana", nos confiesa la diseñadora, que añade que la novia "sabe lo que quiere".
Por el taller de Cristina han pasado muchas novias, como Teresa Urquijo, algunas más indecisas que otras. Bárbara Mirjan desde el primer momento sabía lo que quería. "Ha sido un trabajo precioso con muchas horas detrás pero realmente fácil. Bárbara es una persona estupenda que sabe lo que quiere y nos lo ha hecho fácil. Lo mejor de todo ha sido conocerla", afirma Cristina Martínez-Pardo Cobián.
La creación del vestido estuvo influenciada por el interés de la novia de hacer un guiño a Sevilla y la Casa de Alba, esta fue un única exigencia. "Nos pidió que, por favor, que quería que ellos notaran la Casa Alba, que ella quería homenajear de alguna forma a doña Cayetana, la duquesa de Alba", nos cuenta Cristina y así fue como nacieron los primeros bocetos. "En esa primera toma de contacto se habla de Sevilla, de sus cofradías, de sus emociones y entonces le preparamos algo que ya le gustó muchísimo y fuimos hacia adelante", revela la diseñadora.
Los secretos del vestido de novia de Bárbara Mirjan contados por la diseñadora Cristina Martínez-Pardo Cobián
"El vestido tiene bordados de la saya de la Virgen de las Angustias de Sevilla, titular de la iglesia donde tendría lugar el enlace y donde está enterrada Cayetana de Alba. "El bordado lo llevaba en la cintura. La parte de delante del vestido y la parte de atrás. Y otro motivo lo lleva en la manga", cuenta la fundadora de Navascués, que revela todos estos datos con permiso de la novia.
La falda del vestido guardaba otros detalles que casi han pasado desapercibidos: flores de mantón de manila bordadas. "Las flores del mantón de manila, que era lo que sacamos como un poco de idea Sevilla, que tanto se usa. Se hicieron muestras de bordados en organza y en tul. Luego se bordó en su propia falda, en la organza", explica la fundadora de Navascués.
Otra de las claves del vestido de novia de Bárbara Mirjan es que se trata de un diseño diseño totalmente transformable, algo por lo que también apuestan otros diseñadores nupciales como Oswaldo Machín. "El vestido era una sola pieza, pero luego llevaba una sobre falda que a la vez llevaba la cola desmontable y podías quitar luego la falda y quedarse con el vestido, incluso le desmontamos las mangas. Pero todo era un vestido, desde que salió de la casa llevaba el mismo vestido", desvela la creadora del diseño. Una de las prioridades de la firma Navascués es que "dentro de que el traje de novia no es muy cómodo, que tenga movilidad y que ella se sienta cómoda. Bárbara salió de la casa con todas las piezas del vestido desmontable puestas y luego las fuimos quitando a la medida que ella se encontrara mejor".
