Aunque sus comienzos fueron en la radio, la gran popularidad de Pepe Navarro llegó cuando se animó a dar el salto a la televisión, donde ha cosechado una carrera referencial, pasando por todas las cadenas. Presentador de 'El gran juego de la oca', 'Gran Hermano 3' y hasta máscara de la primera edición de 'Mask Singer', este cordobés criado en Sabadell siempre ha entendido la televisión como una oferta de entretenimiento y, a sus 72 años, nos va a mostrar cómo ha vivido él la aventura de participar en 'El Desafío 4', que se estrena el viernes 12 de enero, a las 22.00, en Antena 3.

    En Atresmedia ha encontrado una oportunidad para retomar la televisión hecha para el disfrute del público. Y eso que lo ha vivido en TVE, su primera casa, en su etapa en producciones norteamericanas y al volver, a finales de los 80, con su mejor etapa. Primero conquistó la franja matinal con 'El día por delante' en TVE y 'Vivir, vivir... qué bonito' (posteriormente renombrado como 'Todo va bien') y poco después con su primer late night, 'Estamos todos locos', ambos en Antena 3. Ese fue el horario en el que conoció el verdadero éxito, ya que en 1995 se estrenó en Telecinco 'Esta noche cruzamos el Mississippi', demostrando que la televisión podía contribuir a la ampliación del imaginario colectivo, con personajes como Crispín o La Veneno, y que tras la media noche aún se podían cosechar audiencias escandalosas. Casi 20 años después, Pepe Navarro vuelve a ser protagonista televisivo, esta vez como concursante de 'El Desafío'.


    ¿Qué ha supuesto para ti este gran 'Desafío'?

    Ha sido una experiencia única. El hecho de que cada semana tienes un reto nuevo, supone un gran aprendizaje y entretenimiento. Es muy estimulante. Esperaba que todo fuese bien, pero no imaginaba el gran nivel de implicación, emoción y emotividad que ha conseguido este proyecto en nosotros. Todos se emocionaban con nosotros, tanto dentro como fuera de cámara. Creo que el único que no he llorado he sido yo (risas).

    Una de las claves de este formato es ver a personas, como es tu caso, fuera de su zona de confort. Eso le llama mucho al espectador. ¿Por qué aceptaste este reto?

    Yo siempre me he dedicado a la televisión, aunque más dirigido al periodismo. Me considero un entretenedor y muchas de las cosas que se han hecho en 'El Desafío' tienen el mismo espíritu de lo que he hecho en otros programas como 'El Mississippi'. Para mí ha sido una extensión y una forma de profundizar en el entretenimiento. Yo me he encontrado en una situación en la que he disfrutad como nadie, que va más allá de lo profesional.

    ¿Cómo viviste ese primer día después de 'El Desafío'?

    Es difícil ver que ya no vuelves y que ya no tienes prueba que preparar. Han sido tres meses de una intensidad emocional grande. Entonces te quedas bastante vacío, porque nos hemos convertido en adictos a la pasión y la emoción que tiene este programa.

    Como gran veterano de la televisión, ¿qué reflexión sacas sobre la crisis de bajo consumo que está viviendo la televisión ahora y qué crees que deberían hacer las cadenas para sobrevivir?

    La televisión necesita contenidos atractivos. Hemos tenido una experiencia lamentable con Telecinco en relación a todo lo que han hecho durante veinte años. Llega un momento en que la gente se satura. Puede que Antena 3 antes no hiciese la programación adecuada para sacarle ventaja, pero con el tiempo ha ido acumulando programas que han funcionado muy bien. Esos programas han barrido la porquería que se hacía en Telecinco, con respeto para algunos de sus profesionales.

    Antena 3 ha empezado a hacer programas que la gente ya comienza a valorar. En cuanto hay buen contenido, la gente ve la televisión, pero la gente quiere engancharse al algo atractivo. Lo que ha dado Telecinco los últimos años es lo más bajo y ruin del ser humano. Claro, llega un momento en el que el espectador se cansa y quiere otras cosas. La televisión sigue teniendo su hueco, aunque tenga como competidor a Internet, porque tiene su nicho, hay buenos programas y grandes profesionales. La televisión es algo tan simple como un ser humano que habla y mira a otro ser humano.

    Pero muchos formatos ahora dependen de famosos. ¿Funcionarían con anónimos?

    El famoso es un atractivo. Vernos hacer el tonto tiene su gracia para el espectador. Es como si te dicen que viene Pedro Sánchez a hacer de trapecista, aunque ya lo hace normalmente, pues te llama la atención. De todas formas, si ese famoso no responde a las expectativas del espectador, este cambia de canal, porque no tiene ningún deber para con quién está en la pantalla.

    El hecho de que haya un famoso no garantiza el éxito. El famoso tiene que entregarse y eso es lo que pasa en este programa, todos nos esforzamos y nos lo tomamos como algo personal. Una cosa muy bonita que hemos vivido es que no todos competíamos entre nosotros.

    ¿Te han sorprendido los nuevos rostros, Marta Díaz y Pablo Castellanos?

    Son muy buenas personas y eso la televisión lo nota. Hay una cosa muy importante que es la naturalidad. Tú no puedes fingir un personaje y ellos son muy trasparentes. Además, son muy buenos compañeros. Es complicado que, en el ambiente que había en la grabación, alguien sacase algo negativo suyo. Ha habido muy buen ambiente y ese compañerismo sigue fuera.

    Ahora que estamos en una época de reencuentros... ¿harías uno del 'Mississippi'?

    No me lo he planteado. Yo tuve la suerte cuando hice el 'Mississippi' de estar rodeado de un equipo brutal. Estábamos locos todos a nivel creativo, si no es imposible que saliesen los programas que salieron. En 'El Desafío' aparece Crispín, algo que ha sido maravilloso. Nos vemos de vez en cuando.

    ¿Viste la serie 'Veneno'?

    Me parece una gran serie, pero creo que no se trató bien al 'Mississippi'. Es muy difícil el terreno donde se metieron y lo hicieron con una elegancia sensacional. No es crítica en absoluto, porque el trabajo fue extraordinario con La Veneno.

    Para terminar, ¿echas en falta algún programa en la televisión que te gustaría hacer?

    Yo hace tiempo que ya no pienso en eso. En la televisión, como en la vida misma, haces muchos proyectos, pero quizá bien solo sale uno. A todos les pones el mismo entusiasmo y, a fuerza de mucho tiempo intentándolo, ya no quieres hacer nada si no te lo pide el cuerpo de verdad. Pensar en vacío hace mucho que no lo hago.

      Headshot of Pilar Martínez

      Pilar Martínez es periodista especializada en contenidos de televisión y cultura, se graduó en la carrera en Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid) en el año 2018. Desde entonces ha pasado por las redacciones de Ecoteuve (El Economista), donde realizó sus primeras prácticas durante el verano del 2016.

      Posteriormente, concretamente, en el año 2017 se pasó al grupo Hearst España, donde comenzó su andadura en las revistas de televisión: Supertele, Teleprograma, Telenovela. Ahora colabora con Diez Minutos, en su versión web, donde se encarga de realizar los avances semanales de las ficciones diarias de moda, así como entrevistas y artículos sobre los melodramas o telenovelas que aterrizan en nuestro país y aquellos que están por venir.

      Toda una cazadora de exclusivas. A esto, se suma su puesto como redactora jefe de la sección de novela narrativa en la revista Culturamas, medio digital de alto impacto al que lleva unida desde el año 2013. Ávida lectora, cinéfila y seriéfila de primer nivel, ha hecho de su vocación su oficio.