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Alba Carrillo no para de dar grandes momentos en 'Bake Off: famosos al horno', y es que la colaboradora, con su humor ácido, está que se sale. Sin embargo, la colaboradora de 'Mañaneros' tuvo este lunes un programa bastante complicado en el que estuvo a punto de tirar la toalla. Gracias a la ayuda y el apoyo de su amiga Rocío Carrasco y también de la presentadora, Paula Vázquez, pudo terminar (más o menos) su prueba técnica, y aunque le quedaron unos cuantos flecos sueltos en su postre, las críticas del jurado no fueron nada malas.
Sin embargo, Alba, que incluso amenazó con marcharse del programa, consiguió, en la segunda prueba, resarcirse, y al final se tomó con humor el problema que tuvo con su pastel. Fue Eva Arguiñano la que le aconsejó no frustrarse cuando algo le salga mal, sino que pare, respire, y continúe para dar lo mejor de sí misma. Alba, cogió el consejo y, con él, hizo una reflexión de lo más divertida e inesperada sobre el problema que había tenido, que también le pasa con los hombres en sus relaciones: "Es un poco una metáfora de lo que me pasa en el amor: que lo quiero todo perfecto, y si no ya no lo quiero", afirmó entre risas, aunque añadió: "Tengo que aprender a que la imperfección, en la vida, también existe". Fue una noche dedicada al amor en la que Terelu reveló su amor platónico, Blas Cantó confesó un secreto íntimo de su pareja y hasta Ana Boyer reveló cómo conoció a su marido, Fernando Verdasco.
La modelo, finalmente, no tiró la toalla, aunque lo cierto es que le está costando enfrentarse a esa manía suya de querer alcanzar la perfección en todo, especialmente en el programa. Una perfección que todavía le queda lejos al estar aprendiendo, aunque ella le pone mucho empeño: "La ansiedad que me genera ser tan perfeccionista es terrible porque no lo disfruto: o está perfecto, o ya me parece que está fatal", apuntó también. Un pensamiento que Rocío Carrasco, que la conoce muy bien desde hace años, comparte: "Antes de hacer algo mal, prefiere no hacerlo", contó.
