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A Ángel Cristo se le está complicando su paso por 'Supervivientes', y después del susto de Carmen Borrego al ser víctima de un desmayo por un golpe de calor, y de la salida del concurso de Zayra Gutiérrez por motivos de salud, ahora puede ser que el siguiente sea el hijo de Bárbara Rey, y también por motivos que tienen que ver con su bienestar físico. Hace sólo unos días, Ángel se enfrentaba a Carlos Sobera al negarse a hacer una prueba, y aunque el presentador le presionaba para que al menos lo intentara, él volvía a negarse en rotundo. "He dicho que no", dijo casi a punto de perder la paciencia. Pero todo tiene una razón, y es una dolorosa enfermedad, que además no tiene cura, que le diagnosticaron hace algún tiempo.
Al parecer, Ángel sufre espondilitis anquilosante, una complicada dolencia que le ha dificultado su vida en los últimos años, y ahora le está fastidiando también su concurso, porque no puede mantener el mismo ritmo que el resto, algo que también le criticó Joaquín Prat desde 'Vamos a ver'. La espondilitis anquilosante es una enfermedad reumática, como una artritis crónica que se desarrolla en la zona baja de la espalda, especialmente entre la columna y la pelvis, que limita el movimiento y que, con el tiempo, puede llegar a fusionar las vértebras, creando un nuevo hueso que impide moverse con flexibilidad natural.
Esta enfermedad, como decíamos, no tiene cura, aunque puede paliar bastante el dolor hacer algo de ejercicio moderado. También puede ayudar mucho el trabajo de un fisioterapeuta que realice, con profesionalidad, ejercicios de estiramientos y de amplitud de movimiento, ejercicios de fortalecimiento de la espalda y también de los abdominales, y ayudar a los pacientes a adoptar posturas correctas mientras se duerme, ya que normalmente el mayor dolor se siente al levantarse por las mañanas, tras llevar varias horas sin mover la zona. Esta confesión ha llegado, además, en un momento complicado para Ángel por su enfrentamiento judicial con su madre, Bárbara Rey.
Con el tiempo, la espondilitis anquilosante puede llegar incluso a la caja torácica, con lo que podría limitar y dificultar también la respiración. En casos graves, o de dolor intenso, lo habitual es someter a al paciente a cirugías que reemplacen la zona con prótesis. ¿Y qué causa esta enfermedad? Los médicos no lo saben, aunque sí se ha llegado a la conclusión de que hay cierta predisposición genética, sobre todo quienes son portadores del gen HLA-B27, si bien no todo el mundo que lo tiene lo desarrolla.
