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Los concursantes de 'Supervivientes 2025' están empezando a enseñar su verdadera cara, y es que después de más de dos meses de convivencia pasando hambre, frío, tormentas, durísimas pruebas y roces del día a día que se van acumulando, atrás han quedado la paz y el amor que reinaron en los primeros días. La comida está siendo uno de los principales cismas en el concurso y el reparto de la empanada que ganó Joshua Velázquez el pasado domingo sigue dando mucho que hablar y sigue levantando muchas ampollas. Por eso, el hecho de que durante la emisión de 'Tierra de nadie' de este pasado martes el salvado de la noche fuese el canario no ha ayudado en nada a la convivencia.
Después de que Carmen Alcayde comenzara atacando el reparto de la empanada de Joshua, Pelayo Díaz no tardaba en saltar: "Acabas de tirar a Makoke de la cuerda (durante la prueba de recompensa), después de que haya estado en el hospital, para ganar y comer tú, o sea que calladita, guapa. Juego sucio. Eso sí que es lamentable". La tensión subía enteros por momentos, y Carmen, de la impotencia, acababa incluso llorando. Un reparto que todo el equipo contrario vio muy injusto y escaso, pues están siendo los que menos están comiendo, y por solidaridad esperaban que el reparto de la empanada fuera mayor. "Esto no es 'El precio justo', esto es 'Supervivientes'", sentenció Pelayo.
La respuesta de Joshua tras su salvación a la polémica de la empanada
El canario, que estaba en su derecho de comerse el trozo más grande tras ganar tres pruebas consecutivas para ello, podía o no compartir la recompensa con todos los concursantes independientemente del equipo en el que estuvieran, y aunque sólo puso la condición de que llegara un trocito, al menos, a Montoya tras sus problemas de salud en los últimos días, se descargaba de culpa.
"Yo entiendo que se sientan así, defraudados. Cierto es que gané la prueba, elegí mi trozo, pero creo que se olvidan de que cedí el cuchillo y pedí a cada uno de mis compañeros que acabaran en Montoya. No sabía lo que llegaría, pero sí fue lo único que les pedí. Yo me comí menos de la mitad. Es cierto que a veces uno come por los ojos, por lo que nos falta por comer, así que lo siento", dijo el diseñador. Pelayo, que estaba muy encendido esa noche, le dio la razón pero alimentó el fuego al dejar caer que, de lo que sobró, Montoya también se comió el trozo más grande y dejó porciones ridículas para el resto: "Le llegó el trozo a Montoya y él lo partió por la mitad, que lo vimos todos. ¿A que molesta que te digan cómo tienes que repartir la recompensa? Alegraos un poquito, que sois penosos", afirmó sin cortarse un pelo.
