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Anita y Montoya se han dejado llevar por la pasión en 'Supervivientes 2025'. Hace unos días la expareja de 'La isla de las tentaciones' pedía a la organización tener una cita y su deseo fue concedido, pero con trampa. "Solo queremos hablar más tranquilos", decía Anita al llegar a la cita, mientras que Montoya reconocía que "la veo más comunicativa y estoy conociendo a otra Anita, la que me enamoró". Todo parecía ir de maravilla hasta que apareció en escena Gabriella, la novia de Manuel González, con la que Montoya le fue infiel a Anita. Tras cruzar varios reproches, Sandra Barneda el anunció: "Si Manuel no se entera de que Gabriella está en Honduras, el martes sí habrá cena con comida y una noche a solas en Cayo Paloma". Anita y Montoya cumplieron su parte del trato y el programa les dio lo que les prometieron: una suculenta cena a la luz de la luna llena que terminó con los concursantes protagonizando las imágenes más románticas de esta edición del reality.
Pero antes, ambos se sinceraron sobre sus sentimientos. "Hay que estar ciego para no darse cuenta de que tú sí me quieres. No podía quedarme anclado en el pasado, y llega un momento en el que hay que dar un paso adelante", confesó Montoya. "A mis 31 años quiero tener una familia, y eso me lo has dado tú", añadió. Por su parte, Anita reconocía su intención de hablar con la familia del sevillano. "Tengo muchas ganas de hablar con tu madre, y ojalá poder pedirles perdón a ella y a tu familia por lo mal que lo han pasado. Yo lo único que quiero que sepas es que fue un error, que jamás te haría daño, y tú lo sabes, de ninguna forma", afirmaba emocionada.
Anita y Montoya pasan la noche juntos
Terminada la cena, la expareja, porque de momento no han confirmado su reconciliación, dio un paseo por la playa. "¿Te hago un masajito en la barriga? Hay luna llena", comentaba Montoya a Anita. A lo que ella, que hace unos días hablaba con Escassi de lo que sentía por Montoya, le contestaba: "Cuando hay luna llena se altera toda la naturaleza".
"El amor de tu vida no se si lo perderás o no a la persona no porque hoy te digo a ti que a José Carlos Montoya Rodríguez lo vas a tener hasta que te mueras, que va a ser muy tarde porque bicho malo nunca muere. Te quiero mucho y lo que te haga falta sabes que estaré", se sinceraba el de Utrera.
Tan romántico era el ambiente, el momento, la luna llena... que Montoya y Anita terminaron tumbados en la arena de la playa, tapados con sus sacos de dormir, pero muy cerca para, como dijo Montoya, darse "calor humano". Finalmente, acabaron durmiendo juntos y cogidos de la mano hasta la puesta de sol.
