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Ana Duato nunca pensó, a sus 57 años, que tendría que pasar por uno de los trances judiciales más complicados de su vida, y sin embargo el caso Nummaria para ella ha quedado sólo en un mal sueño desde que el pasado julio conociera que el juez le había absuelto de todos los delitos de los que se le acusaban por fraude fiscal. Ha sido una lucha larga, pero ya, por fin, duerme tranquila. La actriz siempre ha sido una persona a la que le ha gustado ir con la verdad por delante, y es que sus padres siempre le han inculcado unos grandes valores de los que a día de hoy presume, y aunque su infancia y su juventud no siempre han sido temas de los que ha hablado con detalles, recientemente ha querido pasar por el podcast 'Por el principio' para hablar de cómo fue su vida en la Valencia de los años 70 en la que se crio, y ha sorprendido con lo que ha dicho: "A mí en mi casa no me dejaban ver la tele, me dejaban ver películas que tuviesen un rombo los sábados y domingos".
Unas declaraciones, cuanto menos, llamativas, y es que reconoce que la relación que había antes con la televisión no es la misma que hay ahora: "Entre semana no veía la tele. No estaba encendida. En mi casa había horas para verla, o programas concretos. Era otra relación. Había programas que nos dejaban ver, o que les interesaba ver, que veíamos en una salita más de niños, pero entre semana pocas veces la veíamos. Y si había que ver una película, se veía en el salón, que era más de mayores", ha contado.
Ana Duato revela cómo vivió por televisión el 23-F
Teniendo en cuenta que en los años 70 sólo había dos canales de televisión, los programas estaban muy acotados, y se veía lo que había, no había tantas opciones. Pero Ana, que hace un tiempo compartió una sorprendente foto de cuando tenía 19 años, sí recuerda algunos momentos con nitidez en los que la televisión sí se pasó horas y horas encendida.
"Recuerdo, por ejemplo, hechos históricos como con la muerte de Franco, o el 23 F. Ahí tengo el recuerdo de la tele encendida todo el día en mi casa. Recuerdo también que, en el 23-F, una amiga mía estaba estudiando en mi casa, y vinieron sus padres rápidamente a por ella, y entonces mi madre bajó a la carnicería y no quedaba nada. Subió y dijo 'es que no hay nada". Sin duda, una infancia peculiar y que nada tiene que ver con cómo es ahora la vida, pero que recuerda con mucho cariño con sus momentos buenos y malos.
