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Hollywood puede tener a Meryl Streep, pero en España tenemos a nuestra Belén Rueda, y es que la actriz madrileña ha demostrado ser todoterreno cuando se trata de ponerse delante de una cámara: ha hecho películas de miedo, comedias, dramas, series de televisión, teatro... cualquier cosa que se le ponga por delante se lo 'come con patatas', y a pesar de que una larga lista de premios y nominaciones (como el Goya que ganó en 2005 por 'Mar adentro'), ella se lo sigue tomando con la misma humildad del primer día, no sólo por convicción, sino porque, tal y como ha revelado ella misma, la propia industria no te deja 'creértelo'.
La intérprete, que está en un bonito momento con su hija Belén a punto de casarse mientras sigue sus pasos como actriz, pasó recientemente por el podcast de Vicky Martín Berrocal, 'A solas con', donde habló tanto de su vida personal como de la profesional, y sorprendió por algunas de sus declaraciones, porque a pesar de ser una de las intérpretes más laureadas de nuestro país, vive la incertidumbre inherente a ser actor como el resto de sus compañeros, y además también le toca tragarse tanto las críticas constructivas como las destructivas de esos mismos colegas: "Hay veces que el Goya te coloca en un lugar mental en el que crees que lo único que te puede llegar es 'El Padrino'. No, ya se hizo, para empezar, pero es que los proyectos que han sido un éxito no se sabía que lo iban a ser cuando se estaban haciendo", confesaba sobre lo que vivió tras ganar su Goya, lo que le dio pie para poner un ejemplo muy claro de cómo gestionó el éxito: su paso por 'Mar Adentro' y después por 'El Orfanato'.
Belén Rueda cuenta qué le dijo Juan Antonio Bayona tras terminar el rodaje de 'El orfanato': "Bueno, Belén, espérate". Y recuerda cómo fue todo. "Cuando a mí me llegó 'El Orfanato' como proyecto, un compañero actor me dijo (con retintín) '¿qué vas a hacer, una de fantasmitas?'. Tienes que tener cuidado, porque en nuestra profesión constantemente te están diciendo qué bueno eres, o qué malo eres, porque tiene las dos caras de la moneda, pero cuando estás en un momento de éxito por un proyecto, eso trae cola, y es una continua adulación. Yo antes de hacer 'Mar adentro' había hecho 'Periodistas', 'Los Serrano'... ya tenía un recorrido hecho, y de un día para otro eres la súperactriz, y antes no lo eras", reconoció en el podcast, por el que también han pasado otras caras conocidas como Malú o Boris Izaguirre.
"Recuerdo cuando terminamos de rodar 'El Orfanato' (2007) que le digo a Bayona, porque era su primera película y yo tampoco tenía mucha experiencia aunque ya había hecho 'Mar adentro', '¿y a qué festivales lo vas a presentar?', y empezó a reírse y me dijo 'bueno, Belén, espérate. Espérate a que se estrene, a ver si nos dejan estrenarla'", desveló. Una cuestión que quizá hoy ningún cine se plantearía, pero sólo ahora que Bayona ha conseguido hacerse un nombre. "Lo importante que quiero decir es que todo es un proceso", señalaba Belén, y es que esa película ha sido una de las que más le ha marcado por su situación personal.
Belén Rueda recuerda su paso por 'El Orfanato' tras la muerte de su hija María con sólo 11 meses
Sin duda, y a pesar de todos los papeles que ha hecho en su vida, el de Laura (protagonista de 'El Orfanato') ha sido uno de los que más le ha tocado. En 1997 fallecía su hija María, fruto de su relación con Daniel Écija, con sólo 11 meses de vida por una cardiopatía congénita severa. Una experiencia que le sirvió, por suerte o por desgracia, para elaborar su personaje: "Pasas por fases. Al principio es negación absoluta de que eso haya ocurrido. Tienes la sensación cada día que te levantas que va a estar. De que no puede ser verdad. Te enfadas. Tienes mucha rabia contra todo el mundo en general. Piensas que es injusto porque no es natural", le contó Belén a Vicky.
Además, unos pocos años después, también falleció su padre, Alfonso Rueda, y fue entonces cuando Juan Antonio Bayona le presentó el proyecto. Belén no estaba en su mejor momento, y sin embargo aceptó a pesar de mil dudas: "He tenido la capacidad de adaptación en cada etapa de mi vida, y de adaptarme a lo que me venía. También hay que comer, hay veces que a veces no es el proyecto que te entusiasme, pero en el momento en el que dices que sí a un personaje, tienes que creértelo. Creerlo y crearlo. A lo mejor hay más dificultad porque está muy alejado de ti, pero tienes que conseguir que un personaje, un director, un equipo... todo eso haga que, lo que vas a hacer, crezca. No puedes quedarte en el 'no es esto lo que yo quería hacer' [...] Hay un momento en el que tú tomas una decisión que nunca es al 100%. Siempre hay una pequeña duda. Pero aunque estés segura al 90%, o incluso al 50%, una vez la tomes, a muerte con eso", se sinceró.
