¿La cuarta temporada de ‘Velvet’ será la última? ¿Cómo se fraguó la serie con Netflix? El cerebro de Bambú responde

Desde el éxito de Gran Reserva, la productora Bambú se colocó en la punta de lanza de la creación de series españolas. Hispania, Gran Hotel, Veltet o Bajo sospecha han ido marcando hitos en la televisión con una manera de producir que convence al público y también a los profesionales del medio. “Todo el mundo quiere trabajar con Bambú” es una frase muy recurrente en los últimos años. Durante el FesTVal de Primavera, Teleprograma.tv tuvo la oportunidad de hablar con Ramón Campos, cerebro de la empresa junto a Teresa Fernández-Valdés, de todos los proyectos que tienen ahora mismo en cartera, desde la inminente La embajada al esperadísimo proyecto con Netflix.

¿Hay posibilidad de que vuelva Bajo sospecha?

No, la hemos cerrado. Viendo los datos de los útlimos capítulos, que están bien para el movimiento que hubo de programación, enfrentándose a Cuéntame y GH VIP, creemos que si la serie volviese, sería con datos por debajo de eso, porque del final de una temporada al principio de la siguiente siempre baja. Teresa y yo decidimos hace tiempo que no queremos ver languidecer ninguna serie.

Pero cada temporada de Bajo sospecha es muy diferente…

Sí, pero es raro que el espectador vuelva con el ímpetu de 3.500.000 espectadores. Y de repente volver con 2.200.000 es ver morir la serie; luego te hacen un cambio de programación, te vas a 1.900.00 y te vas con mal sabor de boca. Así que Tere y yo decidimos que cuando algo no esté tan fuerte, no estiremos y quedemosnos con buen sabor de boca. Con Gran Hotel pasó eso, murió en el momento adecuado y nos quedó un regusto maravilloso; con Imperium no fue así, el recuerdo es como que alargamos Hispania, aunque fuera una bonita experiencia nos quedó la sensación de “jo, qué pena”.

¿Con Velvet os está surgiendo esa duda?
Esta última temporada empezó más floja y luego remontó. Al principio sí nos surgió la duda, ¿qué está pasando en Velvet para que la gente que estaba hace cuatro meses ahí ya no esté? Pero al remontar vimos que sí hay historia. Creemos que en Velvet se da el siguiente hecho: los espectadores quieren reírse pero necesitan el drama. La tercera temporada empezó muy suave, muy en comedia, y el espectador tiene esa sensación de “ya la veré porque no hay nada que me atrape”; cometimos un error que hemos subsanado en la cuarta: hay que agarrar al espectador de las pelotas para que no se marche.

¿La cuarta será la última, para acabar en alto?
No lo sabemos todavía. Estamos dispuestos a que sea la última sin problema si los datos no acompañan. Más de cinco temporadas va a ser difícil que aguante, a menos que nos dé una sorpresa y esta cuarta tenga unos datos increíbles, pero viendo la tendencia… Y que cada vez los espectadores piden más series nuevas, es increíble, sobrevivir bien una segunda temporada es dificilísimo en España. En cualquier caso confiamos mucho en la cuarta de Velvet, hay tramas potentísimas y en el cuarto o quinto capítulo decidiremos si hay quinta o no.

¿Cómo se ha gestado el proyecto con Netflix?

Nos escribieron ellos en Navidad. El 24 de diciembre llegó el email de Erik Barmack en el que decía que era muy fan de Gran Hotel y acaba de terminar la primera temporada de Velvet y le había encantado, y que si teníamos algún proyecto en esa línea estaban muy interesados en leerlo. Les propusimos varios y les gustó el de las chicas de la compañía telefónica. A partir de ahí fue muy rápido: nos reunimos con ellos en enero en Miami, una semana después en Madrid y al mes ya estaba cerrado.

¿Entonces el proyecto ya existía?

Sí, ya teníamos esa idea sobre las operadoras del cable, ver su vida y también algo muy interesante: queremos hacer un paralelismo entre la revolución de la comunicación en el año 1929 en España con la que estamos viviendo ahora, un reflejo de lo que ocurre ahora en una serie de época. Y nos gustaba mucho para Netflix, porque ellos están revolucionando los medios de comunicación como en su momento la telefonía.

¿La producción será en inglés o en español?

En español, pensada para el público español y con reparto español. Si Gran Hotel y Velvet son así y funcionaron en España y también fuera, por qué lo van a cambiar.

Se había hablado del protagonista de Sherlock…
No, con Benedict Cumberbatch estamos asociados por Studiocanal, digamos que es familia por eso, pero no va a trabajar en la serie.

¿Os dan libertad de creación?
Sí, el trabajo es muy parecido al que estamos haciendo con Sonia Martínez [directora de ficción de Atresmedia]. Hay una persona de ficción de Netflix a la que mandamos los guiones, nos da sus impresiones, discutimos el casting… Es curioso porque estamos encontrando que esto que se ha dicho siempre de que fuera se trabaja de otra forma no es real. Es exactamente igual que con Antena 3; y es mucho mejor la relación con Antena 3 y Netflix que con BBC Worldwide [con la que trabajaron en Refugiados], mucho mejor. Nos sentimos muy cómodos.

En la nota de prensa de Netflix no se nombraba la palabra Telefónica. ¿Cómo se va a llamar en la serie?
Creo que decimos “compañía de telefonía”, no vamos a llamarla Telefónica. No tendrá un nombre comercial.

¿Hay título decidido?

Estamos en ello. Tenemos varios títulos provisionales… Hay serie antes que título, lo nunca visto en Bambú (risas).

¿Cuánto durará cada capítulo?
50 minutos. Es curioso porque tenemos tendencia al escribir de irnos a los 70 minutos y tienes la costumbre de rellenar con tramas y de repente te das cuenta de que te sobran 30 secuencias. Esto nos lo decía a Tere y a mí el productor ejecutivo de Ley y Orden: nos encontramos en una cena en Montecarlo y le confesamos nuestra envidia porque sus capítulos son de 50 minutos, y él decía que era al revés, que a él le encantaría tener esos minutos de más porque en todos los capítulos le quedaban cosas por contar.

¿Habéis terminado de grabar La embajada?

Hemos hecho un parón técnico de tres semanas porque algunos actores tenían compromisos que ya sabíamos cuando empezamos a grabar. Ahora volvemos con los tres últimos capítulos.

¿Está escrito el final?
No, todavía no está escrita esa última línea, estamos acabando el último capítulo. Eso ocurre porque siempre se modifica alguna trama, de repente un actor te funciona de maravilla… A nosotros nos gusta que las series estén muy vivas: en Gran Hotel por ejemplo, la trama de Sofía y Alfredo la cambiamos completamente con los capítulos ya grabados, y decidimos regrabarlo porque consideramos que podía mejorar.

¿También lo dejáis abierto a expensas de cómo funciona la serie en el estreno?

No, no con el estreno, nos dejamos llevar por cómo es la audiencia porque si no sería una esquizofrenia absoluta. Sí que lo dejamos abierto para una segunda temporada y entonces sí analizamos los test cualitativos, eso lo hace Antena 3 constantemente: vemos qué tramas han gustado más y se potencian.

¿Cómo han ido las ventas en el MIPTV de Cannes?
Fuimos con La embajada pero es muy difícil vender una serie antes de estrenarla porque no hay datos de audiencia. Está todo en stand by, pero es verdad que el pase para compradores fue muy bien; no se fue nadie, que 70 minutos para ellos es una eternidad, como una película.

Por cierto, ¿por qué no habéis hecho ninguna serie para Telecinco?
Nosotros hablamos mucho con Telecinco y nos llevamos bien con los responsables de ficción, pero no hemos encontrado el proyecto. Están estudiando propuestas  y si en algún momento les encaja, lo haremos.