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La boda de Victoria López-Quesada y Enrique Moreno de la Cova ha sido el gran acto social de este pasado fin de semana. La pareja 'royal' se dio el 'sí, quiero' el 31 de agosto en la finca Soto Mozanaque, en Algete (Madrid), ante decenas de invitados, y entre los que hubo presencia de la Familia Real. El rey Felipe VI fue el invitado más distinguido, sin duda, al ser el padrino de bautizo de la novia, y debido a la gran amistad de décadas que une a la Familia Real con los López-Quesada Borbón-Dos Sicilias, tampoco quisieron faltar las infantas Elena y Cristina y dos de los hijos de ésta última, Juan e Irene, aunque quien se llevó todas las miradas fue la reina Sofía.
La madre del Rey fue, sin lugar a dudas, una de las invitadas más elegantes de la tarde, y es que su vestido estaba especialmente escogido para la ocasión, que llevaba esperando guardado en el armario más de una década. Se trató de un vestido largo de seda con bordados de hojas y flores y un bonito cinturón en color negro anudado que marcaba la cintura. Un vestido único en el mundo, por cierto, que sólo tiene doña Sofía, pues se trata de uno de los 40 looks de la colección de Alta Costura de Primavera/Verano de 2011 de Valentino -precisamente del diseñador italiano ha sido siempre muy fan la reina Sofía, y tiene una gran colección de prendas firmadas por él-. El original era completamente transparente, sin embargo, al ser doña Sofía quien lo adquirió, se le hicieron las modificaciones pertinentes con un forro interior en color 'nude' para no enseñar nada.
El rey Felipe VI llegó a la boda con su hermana Cristina
En cuanto a las joyas, doña Sofía hizo una apuesta segura y que nunca falla: las perlas (que lució en pendientes, collar y anillos). El brillo sólo lo reservó para su bolso de mano. En cuanto a los zapatos, no quiso arriesgar demasiado con unos sencillos pero muy cómodos salones de tacón bajo, también en color 'nude'.
En el enlace se pudo ver a la reina emérita muy integrada con los invitados y disfrutando de la tarde junto a sus tres hijos -ya sin rastro alguno del problema de salud que la llevó al hospital el pasado abril-, que han dejado una insólita imagen al acudir juntos a esta boda. Especialmente llamativa fue la llegada de don Felipe y doña Cristina en el mismo coche. A quien, desde luego, se echó en falta, fue a la esposa y las hijas del Rey: Leonor se acaba de incorporar a las clases en la Base Naval de Marín para su segundo año de formación militar; la infanta Sofía está ya en Gales para empezar sus clases de 2º de Bachillerato, y la reina Letizia tenía un compromiso en su agenda oficial ineludible: apoyar a los deportistas del equipo paralímpico español en París.
