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Miguel Ángel Revilla está enfadado. Así lo ha expresado esta misma mañana del 2 de abril tras salir a la luz la demanda que el rey emérito Juan Carlos I le ha interpuesto por difamación. A pesar de los años de cercanía que les unen después de que Revilla haya estado ejerciendo de presidente de Cantabria durante más de 15 años (entre 2003 y 2011 y entre 2015 y 2023), parece que al ex monarca no le ha temblado la mano a la hora de enviar a sus abogados para 'perseguirle' por sus comentarios más o menos afortunados en los medios de comunicación hablando sobre sus numerosas polémicas. Por ello, el político ha querido ofrecer una rueda de prensa este miércoles en la que ha mostrado su "rabia" y ha calificado esta demanda de "injusta": "Me parece mezquino", ha añadido. Da la casualidad que Revilla se enteró de la demanda mientras colaboraba en una película de Antonio Resines, cántabro como él y buen amigo suyo, en la que hacía un pequeño papel de juez.
"La única razón que se me ocurre es que probablemente este señor quiera acallar otras voces", ha señalado ante los más de una decena de micrófonos de diferentes medios, interesados en las palabras de Revilla, que se ha convertido en co-protagonista del día tras las fotos de la princesa Leonor publicadas en EXCLUSIVA por la revista DIEZ MINUTOS el mismo día. "Que esto me ocurra con 82 años no deja de dejarme perplejo", señalaba entre emocionado y molesto con la decisión de don Juan Carlos.
Miguel Ángel Revilla tras la demanda del rey Juan Carlos: "Se me cayó un mito"
Revilla también ha cargado contra la 'inviolabilidad' de Rey, a pesar de que la ley ya no le protege de esta manera desde que dejara de formar parte de la Corona: "Los Reyes de España han hecho tropelías a lo largo de la historia", afirmaba, y ponía énfasis en que le resulta muy grave "ir a por un ciudadano sabiendo que al otro no le puedes hacer nada". Además, ha recordado que, precisamente por los años de casi amistad, en los que incluso se tuteaban, sentía "veneración" por él, pero que al salir a la luz sus problemas con la Justicia se le "cayó un mito".
Por otro lado, ha seguido rompiendo una lanza por sus propios principios: "No he soportado nunca la corrupción, ni los desmanes, ni las ilegalidades, y he cumplido con lo que he tenido que cumplir a lo largo de mi vida". Asimismo, ha dejado claro ante la Prensa que cumplirá con sus obligaciones "con el juez que me toque en el Juzgado que me toque, como cualquier otro ciudadano", y ha animado, incluso, al emérito a que vuelva a España para que defienda su demanda ante el juez, ya que se ha atrevido a dar el paso de ponerla: "Nada me haría más feliz".
