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La Familia Real al completo se reunió el pasado 22 de noviembre en el palacio de El Pardo para celebrar con el 50º aniversario de la monarquía parlamentaria en España. Se trataba de un almuerzo privado al que asistieron unas sesenta personas, entre las que se encontraba Juan Carlos I, que fue el gran ausente, un día antes, en los actos conmemorativos de su proclamación como rey, donde Felipe VI entregó a su madre, la reina Sofía el Toisón de Oro. 48 horas después del almuerzo se van descubriendo nuevos datos de todo lo que aconteció en este evento que reunió por primera vez al rey emérito con su nuera, la reina Letizia, y su mujer tras la publicación de sus memorias, 'Reconciliación', en Francia (a España llegarán el próximo 3 de diciembre).
La comida, que duró unas cuatro horas, se hizo alrededor una gran mesa alargada en la que no hubo protocolo a la hora de escoger sitio, por lo que cada invitado se sentó según sus afinidades. El primero en llegar a la cita fue el rey emérito, lo hizo desde Abu Dabi en avión privado y también fue el primero en abandonar el Palacio de El Pardo, con rostro serio y sin querer hacer declaraciones. La tensión estuvo presente durante todo el almuerzo y aunque se ha dicho que la mayoría de la mesa arropó a reina Sofía, que contó con sus familiares de Grecia, como la reina Ana María de Grecia y el príncipe heredero Pablo y su mujer Marie-Chantal, el rey emérito no estuvo solo. Juan Carlos I contó con el apoyo de sus hijas, las Infantas Elena y Cristina, de los hijos de estas, y también de su hermana, la infanta Margarita y los hijos de esta, Alfonso y María Zurita.
Las personas que apoyan al rey Juan Carlos
Finalizado el almuerzo, las infantas acompañaron a su padre a la terminal de vuelos privados del aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas para que pusiera rumbo de nuevo a Abu Dabi, mientras el resto de comensales regresaba poco a poco a sus casas, como es el caso de la infanta Margarita y sus hijos, Alfonso y María. La sobrina del rey emérito, que suele visitarle cuando este viaja a España y cuyo tío es el padrino de su hijo, desveló que la reunión familiar había ido "muy bien" y que don Juan Carlos se encontraba "estupendamente".
Hasta el último momento, el emérito dejó en el aire su asistencia a este almuerzo, al estar dolido por no haber sido invitado a ninguno de los actos institucionales con los que se celebraban los 50 años de la monarquía parlamentaria, algo que ha considerado un desplante. De ahí que, según ha trascendido, más allá de estar arropado por sus hijas, los hijos de estas, su hermana y sus sobrinos, la relación con los demás comensales fue muy distante, incluida con su hijo Felipe VI.
