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La Familia Real británica siempre ha sufrido altibajos a lo largo de su historia, y no se puede negar que uno de los peores momentos llegó con la salida del príncipe Harry y su mujer, Meghan Markle, de 'La Firma' a principios de 2020. Eran otros tiempos: la pandemia del coronavirus no había hecho estragos y la reina Isabel II, aunque delicada de salud, estaba aún viva. Sin embargo, todo lo que ocurrió a partir de entonces fue cuesta abajo y sin frenos, y es que, cuando Harry y Meghan se dispusieron a sacar los trapos sucios de la Familia Real en libros, entrevistas y docuseries, la imagen perfecta de los 'royals' se vino abajo, y salieron a la luz los feos y los desmanes que se hacían unos a otros.
Tiempo atrás se descubrió que el ahora Rey -por entonces príncipe de Gales- tenía la 'curiosa' (cuanto menos) costumbre de poner apodos y motes a los miembros de la familia, y aunque se dijo que le había puesto en privado algunos nada amistosos como 'MeMeMeghan', 'Me-Gain' o 'Duchess Difficult' ('La Duquesa Difícil'), parece que no es ninguno de los anteriores, porque tal y como se habría filtrado a través de fuentes internas del Palacio de Buckingham -y de lo que decenas de medios ya se han hecho eco por todo el mundo- es otro supuestamente 'benévolo': 'Tungsten', haciendo referencia al metal más duro del mundo, el Tungsteno -también conocido como Wolframio-, tal y como se puede ver en el vídeo superior.
Carlos III puso un apodo a Megan Markle antes de que se saliera de la Familia Real Británica
Al parecer, y a pesar de compararla con este durísimo metal de la tabla periódica por su actitud 'dura' e 'inflexible', parece que las intenciones del monarca eran 'afectuosas', y es que son cualidades que él aprecia, pues le recodarían a él mismo y, además, creía que serían buenas también para su hijo Harry, que le daba impresión de ser un poco 'blando'. Sea como fuere, parece que esas cualidades se les volvieron en contra, y es que Meghan decidió no pasar 'por el aro' ante ciertas actitudes -incluso racistas, según confesó- y enfrentarse a la familia de su marido antes de dar un golpe en la mesa y abandonar sus funciones como miembros senior de la Familia Real.
