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Eugenia de York ha roto su silencio sobre uno de los momentos más duros de su vida. La hija pequeña del príncipe Andrés y Sarah Ferguson, uno de los miembros más discretos de la Familia Real Británica, ha hablado por primera vez sobre la escoliosis que le diagnosticaron cuando solo tenía 12 años. Una enfermedad por la que tuvo que pasar por quirófano y cuya rehabilitación fue muy dolorosa. Tanto que, ahora, más de dos décadas después, la sobrina del rey Carlos III ha reconocido que sufrir esta enfermedad la ha marcado para siempre. En una entrevista con The Telegraph, Eugenia explica que "no podía levantarme de la cama y no podía hacer nada por mí misma".
La prima de Guillermo de Inglaterra, que ahora tiene 35 años y dos hijos -August (2021) y Ernest (2023)- junto al empresario Jack Brooksbank, mostró hace años, en sus redes sociales, la cicatriz que le dejó la operación con el fin de animar a las personas que hubiesen pasado por su misma situación. La intervención duró ocho horas y en ella le introdujeron dos varillas de titanio a cada lado de la columna y varios tornillos de cuatro centímetros en la zona superior de su cuello.
Eugenia de York pasó varias semanas sin poder moverse
Eugenia de York estaba aterrorizada. Tras la operación pasó tres días en la UCI, varias semanas en el hospital sin moverse y cuatro meses sin poder ir al colegio. "La incapacidad que conlleva una lesión de la médula espinal es muy difícil de afrontar", explica.
"Estaba muy avergonzada por todo el asunto. No sé por qué ni de dónde vino eso", cuenta al citado medio británico. Sobre su estancia en el hospital, añade: "Tenía una habitación en una esquina del edificio, con ventanas que daban a un aparcamiento. Era demasiado pequeña para darme cuenta de que no podía salir; solo me importaba dónde estaban mis padres y mi hermana. Pero sí recuerdo ver a alguien saludando a mi increíble enfermera pelirroja por la ventana y tener la sensación de que no podía alcanzarlos".
