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María Carolina de Liechetenstein, de 28 años, nieta del príncipe Hans-Adam II, se ha dado el ‘sí, quiero’ este sábado 30 de agosto con Leopoldo Maduro Vollmer, de 33 años, banquero de inversión venezolano y perteneciente a una de las familias más influyentes de su país. La pareja ha elegido la tierra natal de la novia para su enlace. La ceremonia religiosa se ha celebrado en la Catedral de Vaduz, con el principado convertido en un auténtico escenario de cuento.
Una gran boda royal que se ha celebrado a las orillas del Rin y que ha unido a dos grandes dinastías. Marie Caroline nació en Suiza. La joven es considerada una de las princesas europeas más ricas. Su familia ha sabido transformar el pequeño principado en un auténtico emporio financiero e inmobiliario. Su fortuna personal se estima en torno a los 3.500 millones de euros.
María Caroline ostenta los títulos de princesa y condesa de Rietberg. La joven es una apasionada de la moda y se ha formado en los mejores colegios internacionales europeos tanto en Inglaterra como Suiza. Después de terminar su enseñanza obligatoria estudió Diseño de Moda en Parsons School of Design.
Por su parte, Leopoldo Maduro Vollmar, es uno de los empresarios y banqueros más destacados de Venezuela. Su carrera lo llevó a Londres, donde vive actualmente y donde surgió el amor con la princesa María Caroline. Según publica 'Informalia', su madre, Sofía Vollmer, es heredera de Ron Santa Teresa, la conocida marca de ron. Su padre, Francisco Maduro, no tiene ninguna vinculación con el dictador Nicolás Maduro y como su hijo se dedica al sector financiero.
La interminable escalinata del templo, construida en el siglo XIX, ha lucido una alfombra azul rodeada de hortensias en tonos blancos y azules. Creando una atmósfera mágica para este enlace de altura. La novia, gran amante de la moda, se ha enfundado en un traje de auténtica princesa de cuento de hadas. Un diseño romántico con bordado y plumeti, de escote bardot con un delicado velo con bordados laterales y un ramo de flores blancas en cascada.
La novia se ha decantado por un maquillaje muy sutil, un recogido para dar protagonismo a la pieza más especial que ha lucido que ha sido la tiara Fringe, una pieza histórica de diamantes creada en Viena en el siglo XIX.
