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La reina Sofía se enfrenta a un duro golpe, la muerte de su prima y confidente, la princesa Tatiana Radziwill, que ha fallecido en París a los 86 años, tal y como han confirmado varios medios nacionales. La hija del príncipe polaco-lituano Dominico Raniero y de Eugenia de Grecia, era considerada una de las mejores amigas de Felipe VI, además de su prima. Su madre, la princesa Eugenia de Grecia, era prima hermana del rey Pablo de Grecia, padre de doña Sofía.
Un fallecimiento que se produce en fechas muy señalas como son la víspera de Navidad, donde seguro que se sentirá muy fuerte su ausencia, en la que habrá una silla vacía en la mesa. Además, su fallecimiento ha coincidido con el 62 cumpleaños de su hija mayor, la infanta Elena.
La reina Sofía y Tatiana crecieron juntas. Ambas compartieron exilio en Sudáfrica durante la Segunda Guerra Mundial, lo que forjó un vínculo indestructible y donde además de los lazos de sangre se convirtieron en grandes amigas y confidentes. Se dice que Tatiana era la persona que mejor conocía a la madre del rey Felipe VI. También pasaron sus veranos juntas en Grecia.
La princesa Tatiana fue además una de las ocho damas de honor en la boda de los Reyes Juan Carlos y Sofía en Atenas en 1962. En la imagen podemos ver a los Reyes eméritos durante la celebración de su boda.
No solo compartieron infancia y juventud, también era habitual verla cada verano en el Palacio de Marivent en Palma de Mallorca junto a su marido, el cardiólogo Jean Henri Fruchaud. Ambos se conocieron mientras cursaban sus estudios universitarios en París, donde estableció su residencia y donde ha fallecido Tatiana. Tuvieron dos hijos y fueron abuelos de tres nietos. A diferencia de otros miembros de la realeza, Tatiana tuvo una carrera profesional como enfermera, especializada en bacterióloga.
Una de las últimas veces que la pudimos ver fue hace un par de veranos, junto al resto de la Familia Real española con don Felipe y doña Letizia, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía y la emérita y su hermana, Irene de Grecia. En los últimos años, su salud se había debilitado debido a un ictus, lo que la obligaba a desplazarse en silla de ruedas, pero aun así seguía acompañando a Doña Sofía en sus vacaciones en Palma.











