- Las 50 famosas españolas más guapas: cantantes, actrices...
- Los famosos españoles con más seguidores en Instagram
- Los entrenadores personales de las famosas: así consiguen sus cuerpazos
No han sido buenos tiempos para Cecilia Gómez. Estos últimos cuatro años para la andaluza han sido un auténtico calvario, pero ahora vuelve a sonreír a la vida y sobrecoge cuando pide perdón al universo por esa mala idea que tuvo de dejarlo todo. Aquello ya ha pasado, y aunque es consciente de que no va a volver a subirse a un escenario como bailaora, sí quiere reinventarse como coreógrafa y actriz. Además, colabora en el programa 'Juntos' de Telemadrid. Cecilia también da gracias a la vida por poner en su camino a César González de la Riva (detective privado), que ocupa su corazón y le da fuerzas para seguir adelante. La bailaora también nos habla de la última intervención a la que se ha sometido: el cambio de sus implantes de pecho a cargo del doctor Ivan Mañero, cirujano plástico estético y reparador de IM CLINIC. "Tengo muchas pacientes que han llevado sus implantes durante más de 20 años sin problemas... En el caso de Celia se han unido varios factores, por un lado, sus problemas de cervicales que aconsejaban unos implantes más pequeños, por otros cambios en su estilo de vida y, por último, sus preferencias estéticas también han variado", dice el doctor Mañero sobre la última operación de Cecilia.
Has pasado un tiempo bastante malo...
Sí, todo empezó hace cuatro años con la lesión de cervicales, me tuvieron que poner una prótesis. Me coincidió con el fallecimiento de mi padre y el confinamiento. Después empecé a preparar mi espectáculo y me di cuenta de que no me podía mover. Se me complicó todo, porque había mucho emocional. Por eso entré en la Unidad del Dolor y ahí empezó mi pesadilla.
¿Por qué?
Por todo. Lo primero que hacen es mandarme al psicólogo, porque vivir con dolor pasa factura. Se me olvidó lo que era vivir sin dolor y eso te destroza y condiciona. Además, todo iba acompañado por unas condiciones personales que no eran favorables.
Porque se te junta la muerte de tu padre, la enfermedad de tu madre y la suspensión de tu boda con Marco.
Todo suma. No salía de una cuando ya estaba en otra.
Y ahora te has tenido que operar el pecho.
Sí, con el doctor Iván Mañero, que le conté que seguía teniendo dolor de cervicales. El motivo era porque tenía un implante muy grande y por delante del músculo. También es verdad que aquellos implantes me los puse en otra época, donde había otra mente por el físico. Ahora, con más años, quería verme con otro pecho y volver a mi talla.
¿Cómo ha sido la operación?
Ha sido un poco más compleja porque me han puesto la prótesis debajo del músculo. Ha pasado poco tiempo, pero me veo muy bien e Iván es maravilloso.
Han sido cuatro años horribles. Ahora, ¿es frustrante no subirte al escenario?
Por supuesto. Esto es un duelo, porque me tengo que despedir de mi Yo. No soy la persona que era antes. Yo no me reconozco en muchas cosas si miro hacia atrás y hay otras que las borro. Cuando me desperté de la operación del cuello, lo único que quería saber era si me podía mover. (Comienza a llorar) Y te das cuenta que cambian hasta tus sueños. Mi profesión va implícita con mi persona: Yo soy bailaora. Me imaginaba una coreografía y sabía que no la podía hacer.
Tiene que ser muy duro.
Ahora se habla mucho de la salud mental y que la gente empatiza. Te puedo decir que no es verdad, porque le dices a la gente que estás en la oscuridad, ya que desconectas del mundo real, y expresas que no quieres estar aquí, y esa gente da un paso atrás. El que quiere ayudarte no sabe, y otros que pueden ayudarte, no quieren. Sobre todo, hay miedo. Yo no quería estar en este mundo, porque creía que mi motivo en la vida era bailar.
¿Sigues yendo a terapia?
Vas aprendiendo a vivir. No voy a terapia porque no encontraban la manera de ayudarme. La única solución era medicarme o ingresarme. Justo en ese momento pasó lo de mi madre y resultó ser una terapia de choque, porque ella me necesitaba.
Cómo es la fortaleza humana, porque podemos decir que te has salvado tú sola.
Sí, y después de autocastigarme, ahora lo único que pido es perdón al universo por haberme querido ir.
¿Cómo es la nueva Cecilia?
Ahora quiero dirigir coreografías, pero para mí es inviable meterme en un personaje y hacer un espectáculo de una hora y media.
Te metiste en la piel de Cayetana de Alba y de Chavela. Buscabas una tercera mujer y podría haber sido Frida, con lo que te ha pasado.
Me he acordado mucho de la historia de Frida cuando estaba impedida y sentía el dolor. También me he acordado mucho de María Pineda.
El amor también te ha ayudado.
Sí, a día de hoy César es mi pilar. Nos conocimos por casualidad. Fue un flechazo.
Ya estabas saliendo de la oscuridad cuando le conociste. ¿No se echa para atrás cuando se lo cuentas?
De la depresión se sale. Cuando le conocí, ya veía la vida más positiva y entendí que tenía todo y que por no bailar, no se acababa el mundo. Yo en los momentos más duros, me imaginaba a mi madre y a mi hermano recibiendo la noticia, y creía que era injusto. Y ahora me doy cuenta de que habría sido un error.
Y ahora, ¿profesionalmente?
Es difícil reinventarse, porque la gente siempre te ha visto haciendo una cosa. Me encantaría que me diesen una oportunidad como actriz. A mí me siguen llamando para bailar y me cuesta decir que no.
Tú llegaste a tener tu propia compañía. Siendo empresaria, bastante dinero te costó y disgustos...
El espectáculo de Cayetana lo he terminado de pagar este año, y han pasado catorce años.
La gente se cree que en esta profesión son todo luces.
Y no es así, porque gastas muchas fuerzas, que luego te pasan factura física y anímicamente. Es muy fácil criticar sin saber lo que hay detrás. Antiguamente, un crítico te podía hundir tu espectáculo. Ahora, ya no.
Cita con Cecilia Gómez en...
Quedamos con Cecilia en el Hotel Radisson Red Madrid, ubicado entre los mejores museos de la capital: Reina Sofía, Thyssen y El Prado. Compuesto por 260 habitaciones, se caracteriza por su dinamismo, apuesta por el diseño y la fuerte conexión que genera con la cultura local y la escena social de la ciudad. La parte gastronómica del hotel corre de la mano del chef Eneko Atxa.
La belleza de Cecilia Gómez, al descubierto
Mi perfume… Montale Paris.
Antes de irme a la cama… Jamás me acuesto sin lavarme la cara. Me echo mis cremas.
Mi producto de belleza ideal… Crema con ácido hialurónico.
Voy a la peluquería… Una vez al mes voy a Alberto Cerdán.
Tardo en maquillarme… Media hora. Mi novio te dirá que una hora y media...
Dieta… Como sano, y cada vez más.
Ejercicio… Necesito hacerlo a diario. Pilates, que lo inventó un bailarín que tuvo una lesión.
En mi bolso siempre llevo… Gafas y protector solar.
Mi fondo de armario… Ropa negra.
Cecilia Gómez, con el equipo de Diez Minutos
Estilismo: Sonia Hernández | Maquillaje y peluquería: Juan Martínez, de Alberto Cerdán | Agradecimientos: Hotel Radisson RED Madrid. Calle de Atocha, 123. Madrid. Telf.: 912 984 800. www.radissonhotels.com
Daniel I. Carande lleva dos décadas en el mundo de la prensa del corazón. Con veinte años comenzó su andadura en la revista Diez Minutos, donde continúa cubriendo las mejores fiestas de nuestro país, hace diferentes reportajes y entrevistas a los rostros más conocidos de nuestro país. Durante unos años, compaginó su actividad en la prensa escrita en la revista ¡Qué me dices!.
La radio también se ha cruzado en su camino. Desde hace diez años, es uno de los colaboradores en la sección radiofónica de ‘Crónica Rosa’ de ‘Es la mañana de Federico’ programa presentado por Federico Jiménez Losantos en Esradio.
Además, también ha participado en diferentes programas de televisión como ‘Las mañanas de Cuatro’, ‘Las mañanas’ (La 1 de TVE), ‘Estando contigo’ (Canal Castilla La Mancha) y actualmente es uno de los colaboradores del programa de Antena 3 ‘Y ahora, Sonsoles’, presentado por Sonsoles Ónega.
Estudió Periodismo en la la Universidad San Pablo-CEU de Madrid. Y desde el principio tenía claro que lo suyo era comunicar y colarnos en la vidas y casas de los famosos más relevantes de nuestro país gracias a sus crónicas y a sus entrevistas.