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La llegada a España de Terelu Campos desde Honduras era inminente, y finalmente, después de anunciar que dejaba 'Supervivientes', ha sido este viernes a primera hora de la mañana cuando aterrizaba en Madrid. La colaboradora llegaba cansada pero feliz de estar en casa, y tras compartir cual iba su primer plan nada más poner un pie en su casa, preguntaba con curiosidad quién había sido el expulsado y quién el salvado de la noche en la última gala: "Ten en cuenta que he metido 10 horas en un avión con un cambio de horario de 8 horas. Ni idea, vamos", les decía a los reporteros que le esperaban en la zona de llegadas del aeropuerto de Madrid Barajas.
Nada más saber que el salvado de la noche había sido Montoya, no ocultaba su sonrisa, y es que su relación con él en los Cayos Cochinos ha trascendido la pantalla y han forjado una bonita y divertida amistad: "Me alegro", expresaba. No obstante, era una alegría agridulce, porque eso significaba que la otra nominada, Carmen Alcayde, había sido eliminada: "Bueno, por un lado me alegro y por otro lado me da pena Carmen, ¿eh? [...]. Me alegro por Anita y lo siento por Carmen, porque es una tía estupenda", expresaba.
Terelu Campos sobre la expulsión de Montoya y la salvación de Carmen Alcayde en 'Supervivientes': "Me dolían los dos"
"¿Te has puesto más contenta al saber que se salvó Montoya?", le preguntaba un periodista, pero ella dejaba claro que cualquiera de las dos opciones ante una expulsión era mala: "No, a ver, me hubiera puesto contenta también si se hubiera salvado Carmen, ¿eh? Los dos me dolían. No voy a mentir, me dolían los dos. Cualquiera de los dos que se fuera me dolía", explicaba. Sin embargo, las preocupaciones de Terelu ya están lejos de Honduras, y ahora se centrará en retomar su vida normal y en reunirse con su hija, Alejandra Rubio, su yerno, Carlo Costanzia, y su nieto, Carlo Jr. Eso sí, las prioridades son las prioridades: "Lo que quiero es llegar a mi casa y tomarme un Cola Cao. Y con ganas de ver mi cama, lo primero [...]. Lo que sí quiero es fumarme un cigarro, que no me fumo un cigarro en 25 horas", apuntaba mientras se encendía uno al salir de la terminal y justo antes de meterse en un taxi.
