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Kiko Rivera e Irene Rosales se encuentran atravesando uno de los momentos más complicados de su vida. Después de 11 años de historia de amor han decidido romper su matrimonio, pero no su familia. Lo hacen de una manera amistosa a pesar de los rumores que han circulado sobre posibles terceras personas. Aunque no han desvelado el motivo exacto del fin de su relación sentimental, se especulaba que podría haber sido un desgaste de la convivencia. Otros señalan que la joven sevillana se podría haber cansado de "aguantar al hijo de Isabel Pantoja".
Sea cual sea el motivo del fin de su matrimonio lo que ha sorprendido es que la pareja haya decidido romper ahora después de todas las dificultades que han tenido que atravesar durante los últimos años. Irene se ha convertido en el mejor apoyo de Kiko Rivera.
No solo durante sus enfrentamientos familiares, que mantienen al DJ alejado de su su madre y de su hermana Isa Pi, sino que también han luchado juntos para superar las adicciones de Kiko. A ello se suman los problemas económicos a los que han tenido que hacer frente desde el inicio de su relación. Y lo que es más importante, el ictus que casi le cuesta la vida al hijo de Paquirri.
Todo lo que ha tenido que vivir Irene Rosales al lado de Kiko Rivera no ha sido nada fácil. Además de todos estos problemas, en 2020, en plena pandemia, se enfrentaba a uno de los varapalos más difíciles de su vida y que no se pueden ni comparar con los problemas matrimoniales y de convivencia que ha vivido al lado del hijo de Isabel Pantoja. Hace cinco años Irene se quedaba huérfana, la joven sevillana perdía a sus padres con solo unos meses de diferencia. Quizás el momento más oscuro de toda su vida.
Desde hace algún tiempo Irene Rosales ha encontrado en el deporte su mejor aliado para evadirse de toda estas dificultades y centrarse en su cuidado personal. Así nos lo demuestra ella, que ha compartido una imagen desvelando que este sábado lo primero que ha hecho nada más despertarse ha sido ponerse la ropa de deporte e irse a entrenar.
Y parece que precisamente ha sido en el gimnasio donde Irene Rosales ha encontrado su refugio en estos duros momentos. Según han explicado en 'Vamos a ver', la todavía mujer de Kiko Rivera podría haber sido fotografiada con un chico tomando algo en un bar de Sevilla. Este joven, de identidad desconocida, se ha convertido en el hombro en el que llorar y con el que desahogarse durante los últimos meses.
Irene y este misterioso chico se conocieron en el gimnasio al que ella acude casi a diario y donde él trabaja como monitor. Su amistad comenzó hace unos años pero se ha afianzado en los últimos meses. Al parecer, este joven no solo se ha convertido en un apoyo, sino que también en su confidente.
Entre ellos solo existe una amistad, no hay relación sentimental. Pero su vínculo es muy estrecho, por lo que quizás en un futuro podría ser la persona con la que Irene vuelve a recuperar la ilusión.
"Es alguien importante en la vida de Irene, con quien se puede desahogar tranquilamente, y que luego a lo mejor se desarrolla en otra cosa", señaló Kike Calleja. Por su parte Alexia Riva apuntó que este joven monitor de gimnasio podría ser quien le había abierto los ojos a Irene Rosales.
