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Parece que fue ayer, pero ya han pasado nada menos que 25 años desde los Juegos Olímpicos de Sídney 2000. España consiguió 11 medallas (3 oros, 3 platas y 5 bronces), y ahora ha sido en Barcelona donde muchos de los atletas que compitieron se han reunido para celebrar este aniversario, aunque sin duda las llegadas más esperadas eran las de Arantxa Sánchez Vicario e Iñaki Urdangarin. Ambos han tenido siempre una gran relación, pero apenas se han dejado ver juntos desde entonces, y es que los problemas judiciales del exduque de Palma, su paso por la cárcel y después su divorcio de la infanta Cristina le ha dejado poco tiempo libre que pasar con sus amistades, al igual que la separación de Arantxa de Josep Santacana y su posterior lucha en los Juzgados por un presunto delito de alzamiento de bienes. Con todo eso ya superado, y con sus vidas rehechas, ambos han acudido a esta cita que tenían marcada en sus calendarios, donde también ha aparecido, inesperadamente y por sorpresa, una cara muy familiar: la de la madre de Arantxa.
La relación de Arantxa Sánchez Vicario con su madre, Marisa Vicario, no fue la mejor durante muchos años, pero con su llegada juntas al acto y su estrecho trato ha quedado claro que cualquier rencilla del pasado ha quedado atrás. De hecho, Iñaki Urdangarin, con mucha educación, se acercó a saludar a Arantxa y a su madre, a la que no dudó en dar un cariñoso beso en la mejilla, y es que Marisa siempre ha sido la sombra de su hija: y donde iba la extenista iba su madre, por lo que siempre ha sido una figura muy respetada en su entorno. Sin embargo, todo se torció en 2012, cuando la exatleta olímpica presentó una querella contra su padre -Emilio Sánchez-, su hermano Javier, el economista Francisco de Pula y el abogado Bonaventura Castellanos por supuestamente haberse apropiado de más de 16 millones de euros de su fortuna, aunque al final quedó en nada al llegar a un acuerdo con sus padres.
Los problemas familiares entre Arantxa Sánchez Vicario y su madre, Marisa Vicario
Para entonces, la relación de Arantxa con sus progenitores ya estaba bastante tocada por lo ocurrido entre bambalinas. Fue también en 2012 fue cuando la extenista publicó un libro -'ARANTXA ¡VAMOS!: Memorias de una lucha, una vida y una mujer'- en el que no dejó en muy buen lugar a su madre: "Mi madre decidía sobre mi pelo, mi ropa... Cuando me compraba algo por mi cuenta, rara vez le gustaba. Mi madre, mi sombra fiel en todos los torneos hasta que cumplí veinte años -aseguraba en otras páginas-, es una mujer de carácter fuerte y para ella la disciplina y la victoria pasaban por delante de cualquier otra consideración, cuando tal vez lo que yo hubiera precisado eran unas palabras de cariño", reza uno de los extractos.
Dolida, Marisa respondió públicamente: "Nosotros vivimos veinte años por y para ella. Lo dejamos todo de lado e hipotecamos nuestra vida y nuestro matrimonio. Yo la acompañé personalmente desde muy pequeña a todos los torneos, abandonando, de hecho, a mi marido y a mis otros hijos. Luego, mi esposo dejó su trabajo para acompañarla y ayudarla". Las demandas posteriores no ayudaron a apaciguar los ánimos, aunque todo eso ha quedado en el pasado, y las fotos de este jueves lo dejan muy claro.
Aún así, este acto, celebrado en el Museo Olímpico y del Deporte Joan Antoni Samaranch y al que también acudieron otras caras conocidas como Gervasio Deferr, no es el primero en el que se dejan ver juntas: ya lo hicieron en unos premios en 2023, demostrando una gran unión familiar, a la que ayudó mucho, por desgracia, la muerte del patriarca de la familia, Emilio Sánchez, en 2016, en pleno conflicto familiar. Sin duda, aquello les ayudó a recapacitar, y ahora vuelven a ser una familia sin fisuras.
La Esfera de los Libros ARANTXA ¡VAMOS!: Memorias de Una Lucha, Una Vida y Una Mujer
