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En el turbulento ambiente de Hollywood, pocos intérpretes han experimentado en sus propias carreras una montaña rusa profesional tan pronunciada como la de Robert Downey Jr. Su temprano reconocimiento le llegó gracias a su fabuloso trabajo en el filme ‘Chaplin’ (1992), de Richard Attenborough, donde encarnó magistralmente al legendario Charles Chaplin, lo que le valió para recibir una nominación al Oscar en la categoría de Mejor actor principal. Posteriormente, el actor apareció en películas como ‘Asesinos natos’ (1994), de Oliver Stone, pero su prometedora carrera se vio interrumpida por una serie de arrestos relacionados con drogas y armas que lo llevaron a prisión en múltiples ocasiones a finales de la década de los 90.
Su particular redención profesional le comenzó a llegar gradualmente con papeles destacados en filmes como ‘Buenas noches y buena suerte’ (2005), de George Clooney, y ‘Zodiac’ (2007), de David Fincher, pero fue su posterior transformación en Tony Stark, el empresario que se introduce dentro de la armadura de Iron Man para el Universo Cinematográfico de Marvel lo que le catapultó al estrellato global, convirtiéndose en uno de los actores mejor pagados de la industria. Este resurgimiento alcanzó su punto culminante con su victoria en los Premios de la Academia en la categoría de Mejor actor de reparto por su interpretación del almirante Lewis Strauss en ‘Oppenheimer’ (2023), de Christopher Nolan, consolidando definitivamente su regreso a la élite de Hollywood.
Sin embargo, entre los episodios menos conocidos de su accidentada carrera se encuentra su tensa relación con el actor británico Hugh Grant durante el rodaje de ‘Restauración’ (1994), de Michael Hoffman. Lo que podría haber sido una colaboración fructífera entre dos de los mayores talentos jóvenes del panorama cinematográfico de aquel momento se convirtió en un enfrentamiento que se alargó durante años, marcando uno de los desencuentros más comentados entre actores de su generación.
El filme histórico ‘Restauración’, ambientado en la Inglaterra del siglo XVII, presentaba a Downey Jr. como un médico que asciende en la corte del Rey Carlos II, en una producción que mezclaba drama histórico con elementos de comedia romántica. La rivalidad entre ambos actores quedó patente en declaraciones posteriores de Downey Jr., quien comentó años después del rodaje: “Pensaba que Hugh Grant era un idiota, eso es todo. Y todavía lo pienso. Ya sabes, y eso podría ser algo que tiene que ver conmigo, o podría ser simplemente que no todo el mundo en esta industria es alguien con quien me gustaría pasar el rato”. Por su parte, Grant también se pronunció al respecto en declaraciones para la revista People en enero de 2018: “Me odiaba. Me miró y quiso matarme. ¡No sé el motivo! ¡Yo me sentí muy dolido, pero él simplemente se sentía así!”.
Afortunadamente, esta prolongada enemistad encontró su fin cuando Downey Jr. extendió una rama de olivo a través de la red social X, anteriormente conocida como Twitter, acompañando su mensaje con el hashtag “enterrar el hacha”: “¡Han pasado muchas cosas durante dos décadas! Respeto cómo el señor Grant ha madurado como artista y como voz en contra de las violaciones de la privacidad. ¡Compartamos alguna comida pronto!”. La respuesta de Grant no se hizo esperar, mostrando un tono conciliador que sugería el fin definitivo de décadas de tensión: “Gracias, Robert. Bonita forma de empezar el año. Y sí, si estás en Londres, ven a compartir el pan. No será fácil, ya que mi hijo de cinco años lo prepara, pero pareces fuerte. Respeto”.
