Esta semana, en 'La Promesa', Catalina y Pelayo recibieron el pago del primer pedido de las mermeladas, y las expectativas del negocio eran prometedoras. Los dos lo celebraron con alegría. En la intimidad de las cocinas, Catalina terminó por confesar a las cocineras que se estaba enamorando del joven conde. Cruz sufrió un nuevo revés porque no solo no pudo evitar que Margarita se quedara con un cuarto de La Promesa, sino que además le pidió a Catalina que fuera ella quien gestionara su parte de la finca.

Los ardides de Jimena y Cruz dieron resultado: Manuel recibió una carta en la que la Guardia Civil le prohibía volver a volar. Las dos se regocijaron por su victoria sin que Manuel sospechara nada... hasta que Margarita le quitó la venda de los ojos al piloto. Manuel se enfrentó a su esposa tras descubrir que ella estaba detrás de la denuncia de la Guardia Civil, y Cruz decidió organizar una fiesta de disfraces, con dinero que no era suyo, para "apaciguar" las cosas en La Promesa.

Las versiones de Ramona y Cruz sobre el encuentro que tuvieron coincidieron, por lo que Jana y Manuel tuvieron que darse por vencidos, ya que no había nada que implicara a la marquesa en la desaparición de la anciana. Manuel le pidió a Jana que volviera a volar con él, pero ella le dijo que estaba con Abel. Las sospechas de Mauro de que detrás de la oferta de Rómulo de formarlo como mayordomo se escondía un motivo oculto se intensificaron. Un viejo conocido de La Promesa regresó al palacio. Se trataba del Sargento Funes, que llegó buscando a Feliciano.

Continuaron los preparativos de la fiesta de máscaras

Tras el anuncio de la muerte accidental del padre de Petra y Feliciano, los dos hermanos decidieron ausentarse para darle sepultura. Luego de haberlo instruido, Rómulo dio a Mauro la responsabilidad de dirigir los preparativos de la fiesta, algo que abrumó al lacayo. Con la excusa de hacer arreglos en la cabaña de Ramona, Curro intentó sonsacar algo a la mujer sobre la identidad de su padre. Jana dio una respuesta a Abel respecto a su relación, y Manuel volvió a volar a pesar de la prohibición expresa de la Guardia Civil.

Continuaron los preparativos de la fiesta de máscaras, y todos los señores iban pensando en cuál sería su disfraz. Manuel estaba empeñado en que Jimena volviera a casa de sus padres, y ni Alonso ni Cruz lograron convencerlo de lo contrario. Lope, que había desarrollado un carácter arisco desde que lo habían apartado de los fogones, criticó la labor de las cocineras, y Pía se vio obligada a ponerlo en su lugar. Alonso se negó a ayudar a Margarita con las gestiones de la finca, a pesar de que Catalina se lo pidió. Esta se centró en el negocio de las mermeladas, y su relación con Pelayo se hizo cada vez más estrecha, pero se llevó una desagradable sorpresa. Simona recibió una carta de su hijo nuevamente, pero esta vez era diferente a todas las anteriores.

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Pilar Martínez es periodista especializada en contenidos de televisión y cultura, se graduó en la carrera en Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid) en el año 2018. Desde entonces ha pasado por las redacciones de Ecoteuve (El Economista), donde realizó sus primeras prácticas durante el verano del 2016.

Posteriormente, concretamente, en el año 2017 se pasó al grupo Hearst España, donde comenzó su andadura en las revistas de televisión: Supertele, Teleprograma, Telenovela. Ahora colabora con Diez Minutos, en su versión web, donde se encarga de realizar los avances semanales de las ficciones diarias de moda, así como entrevistas y artículos sobre los melodramas o telenovelas que aterrizan en nuestro país y aquellos que están por venir.

Toda una cazadora de exclusivas. A esto, se suma su puesto como redactora jefe de la sección de novela narrativa en la revista Culturamas, medio digital de alto impacto al que lleva unida desde el año 2013. Ávida lectora, cinéfila y seriéfila de primer nivel, ha hecho de su vocación su oficio.