Alí sigue sin fiarse de la lealtad y fidelidad de Caroline, pero no está dispuesto a renunciar a Mustafá, por lo que decide que la mujer y el niño regresen a vivir con él. Una noche que vuelve de trabajar, su todavía esposa lo recibe con una noticia inesperada. Ha encontrado trabajo en una pequeña empresa y, por lo tanto, aportará económicamente a la casa. “Nuestro hijo se quedará con una niñera”, explica al capitán.

Por otro lado , Mete y Nihal siguen escondiéndose del prometido de esta última después de que decidiera dejarlo plantado en el altar. Los jóvenes tienen miedo de las consecuencias si alguien los encuentra, pero no se arrepienten de haber huido juntos, sobre todo ella, que ya se veía condenada a una vida sin amor. Pasar tanto tiempo solos, les ha permitido a ambos confesarse cuánto se quieren.

Cemilé está en serios problemas

Al día siguiente, Cemilé se lleva una desagradable sorpresa cuando, en mitad de una reunión de la junta directiva de la empresa, aparecen dos inspectores de hacienda, quienes desean realizar un análisis de las finanzas de la compañía en busca de alguna ilegalidad. Kenan, al contrario que el resto de los presentes, no se muestra nada sorprendido por la interrupción.

Ajena a lo que está pasando con su madre, Aylín disfruta de su día en compañía de Soner. Bajo el consejo de su futuro marido, se dispone a escoger un bonito vestido para el día de su boda. Ni ella, ni él se imaginan la desgracia que se cierne sobre sus cabezas por culpa de Murat.