Después de que Murat se suicidara frente a él el mismo día de su boda, Soner fue incapaz de darle el “Sí, quiero” a Aylín ante su familia. Alí golpeó sin piedad al hombre como castigo por haber dejado plantada a su hija en el altar. Mientras, la novia sufrió un colapso nervioso por el que terminó en el hospital.

    Al día siguiente y gracias a una pequeña mentira, Aylín logró salir de la clínica sin ser vista por sus padres. Llegó a la mansión en la que vivió durante tantos meses. Luego de coger un arma, subió hasta la habitación de Soner y cerró la puerta por dentro. Sin pensarlo dos veces, lo apuntó con la pistola. “¿Por qué me hiciste esto?”, preguntó una y otra vez sin entender por qué no se casó con ella.

    Soner tuvo un grave accidente

    Su amado la miró con el rostro demacrado, mientras que Cemilé y Alí, que habían llegado hasta la vivienda, aporrearon la puerta del cuarto. “No pude cumplir la promesa que te hice de quererte para siempre. Acaba conmigo y con este dolor”, le dijo Soner mientras se acerca con paso suave y tranquilo hacia ella. Süleyman, entró en la estancia por la ventana y disparó justo en la pistola que Aylín sostenía entre las manos. Así la desarmó sin necesidad de herirla.

    Minutos después, Soner cogió un coche y empezó a conducir a toda prisa. Debido a su imprudencia, terminó cayendo por un acantilado. Süleyman, que lo seguía con otro vehículo, lo rescató y lo llevó al hospital. Aylín lo vio en la clínica y de su boca descubrió que Murat había muerto.

    Por otro lado, Berrin juntó la valentía suficiente para pedirle a Hakan el divorcio. El hombre, que no quería por nada del mundo perder a su esposa, usó a su hija para retenerla. “Si te separas de mí, yo me quedaré con Zehra y no la verás nunca más”, le dice. Mientras tanto, Mete seguía muy preocupado por el estado de salud de Nihal.