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La semana pasada, en los capítulos de Hermanos, Sengül perdió la propiedad de su casa por culpa de un falso constructor, mientras que Aybiké tomó una decisión con respecto a Berk y Süsen se propuso contarle la verdad a Ömer sobre la muerte de Kadir. En el episodio 33 de esta semana en Hermanos, hemos visto que para evitar que Süsen le contase la verdad a Ömer sobre Kadir, Kaan decidió cortarse en la mano con un cúter a modo de distracción. Preocupados por la cantidad de sangre que estaba perdiendo, los hermanos Eren llevaron al joven al hospital. Cuando Kaan se quedó solo con Ömer, le engañó, asegurándole que él y Süsen estaban juntos y que eso era lo que quería confesarle la muchacha: «Te ha utilizado para darme celos». Después, habló con Süsen y la amenazó, de nuevo, para evitar que abriese la boca.
Berk le pidió perdón a Aybiké por lo ocurrido con su madre y le rogó que le diese una segunda oportunidad. Finalmente, la pareja decidió luchar por su amor. Sin embargo, las cosas entre los dos se complicaron cuando Sengül y Ayla, tras conocerse, protagonizaron un brutal enfrentamiento y los jóvenes tomaron partido, cada uno, por su respectiva madre.
Lejos de allí, Suzan fue a una entrevista de trabajo, para un puesto de secretaria de dirección. La sorpresa llegó cuando descubrió que su jefe sería, nada más y nada menos, que Rusel, el padre de Berk. Resul, que había llegado a la ciudad para asociarse con Akif en algunos negocios, decidió contratar a Suzan: «Me vendrá bien tener a mi lado a alguien que conoce tan bien a Akif». Horas más tarde, la mujer le dio la buena noticia a Harika: «Por fin tendré un sueldo más que decente».
Al caer la noche, Resul y su familia salieron a cenar con los Atakul, para celebrar el acuerdo al que él y Akif habían llegado. Ayla bebió de más y terminó revelando que ella y Rusel estaban a punto de divorciarse: «Se ve que mi esposo no es feliz a mi lado». Berk vio con vergüenza cómo se comportaban sus padres.
Resul se convirtió en el nuevo socio del colegio de su hijo
La mañana de después Resul se presentó ante el director del colegio de su hijo como nuevo socio de la institución. Tras mucho pensar, decidió organizar una fiesta para los padres de los alumnos y poder darse a conocer entre ellos. «Me parece una gran idea», comentó Akif, que, también, estaba en la reunión.
Mientras tanto, Sengül trató de sobreponerse tras ser víctima de una estafa por parte de Ferhat. La mujer se reunió con otros afectados por el supuesto constructor y decidió poner una denuncia en comisaría. Sin embargo, los agentes le dijeron que era poco probable que la demanda prosperase: «Usted le firmó un poder a ese hombre y, aunque engañada, lo hizo por su propia voluntad».
Pasaron los días y llegó la esperada fiesta de Resul en el colegio. Harika, por orden de Suzan, le confesó a Süsen que ella fue quien robó su pulsera. Además, le devolvió el dinero que pretendía usar para pagar su matrícula. Ambas amigas se reconciliaron.
Por otro lado, Sengül se citó con el señor Akif en el piso superior del colegio y hablaron, abiertamente, del pacto que hicieron para mantener oculta la culpabilidad de Melisa en el accidente de Kadir. Orhan lo oyó todo y estaba dispuesto a ir a la policía y denunciar a la joven. Nebahat trató de impedirlo y cayó por la barandilla hacia la planta baja, donde el resto de invitados bailaban alegremente.
