Desde que era una adolescente puso de manifiesto sus dotes artísticas. “Estudié en un internado y me encantaba hacer imitaciones delante de mis compañeras”, recuerda Mamen García, que ya en su Valencia natal hizo sus primeros pinitos en el mundo de la música y la publicidad. Incluso puso voz a la famosa canción de Mercadona en los años 80. “Si me dijeran de volver a hacerlo, me lo tendría que pensar”, bromea. Lo que sí tiene claro es que ha vivido desde pequeña por y para el arte, y espera seguir haciéndolo por mucho tiempo. Ahora, tras más de dos décadas delante de una cámara y sobre los escenarios, estrena la comedia navideña Tengamos la fiesta en paz (3 de diciembre en cines) y afronta nuevos retos profesionales.
Formas parte de Tengamos la fiesta en paz, una película al más puro estilo Cuento de navidad.
Es una historia maravillosa, creo que me impulsó a aceptar este proyecto el personaje que tenía que hacer. Encima es una comedia musical muy divertida, algo que me pareció bastante bonito. Eso me atrajo desde el primer momento y luego el director me convenció enseguida. Tengamos la fiesta en paz es una ficción muy familiar que deja grandes reflexiones.
Sobre todo, por parte de tu personaje, la famosa abuela…
Me gustó mucho el carácter de esta abuelita, que ayuda a sus nietos a encerrar a sus padres para que se reconcilien cuando descubren que se van a separar. Es una mujer que tiene una gran sabiduría y ve venir las cosas desde lejos. De hecho, ella será clave en la idea de sus nietos y en cómo terminará saliendo todo. Además, creo que nos parecemos en algunas cosas. Obviamente en todos los personajes que una hace, siempre hay algo dentro de ellos que es nuestro, no te lo inventas. Este personaje tiene mucho de mi madre. Me he inspirado en parte en ella para darle forma.
También tenéis en común que tú igualmente tienes nietos, concretamente dos.
No los veo tanto como querría, porque viajo mucho por mi trabajo, pero trato de pasar con ellos el mayor tiempo que puedo. Me encanta llevarles al campo y también hacerles arroces. Como la mayoría de las abuelas, soy consentidora con ellos (risas). Estoy feliz de que cada vez nos veamos más representadas en las ficciones.
¿Crees que cambiado la forma que tiene el cine o la televisión de tratar los personajes de los abuelos en sus tramas?
Si. En mi caso, ya he sido abuela otras veces, como en el musical de Billy Elliot. Esta vez hice de una abuela muy especia y divertida, que cantaba una canción fantástica a través de la cual expresaba sus principios y valores, como la libertad.
Yo veo cada vez más este tipo de personajes en las producciones y me parece estupendo, porque las abuelas representan mucho en el cine. Veo también que cada vez se dan más premios a compañeras de profesión mayores que encarnan estos papeles. Creo que cada vez se nota más la relevancia de los abuelos en las historias que se cuentan.
Tus nietos en Tengamos al fiesta en paz Ana, Eva y Juan son los pequeños protagonistas de esta película ¿Qué tal se lleva trabajar con niños en un set?
Mucha alegría, además, creo que los tres tienen un futuro maravilloso por delante en la interpretación. No solo actúan, si no que también cantan o tocan instrumentos, por ejemplo, el piano. Tienen un dominio de estas artes increíble. Además, son niños que tienen mucho sentido del humor, nobles y es un gusto trabajar con ellos.
Las nuevas generaciones vienen pisando fuerte. En tu caso, que llevas tantos años en activo ¿Has visto cómo el número de papeles al que tienes acceso ha ido menguando?
No ha sido mi caso porque yo entré en el mundo de la interpretación bastante adulta. Soy una actriz atípica, porque siempre he sido más mujer de música. Entonces he empezado más bien tarde haciendo musicales, cine y, después, ya series. Por eso, estoy agradecida ante cualquier tipo de papel que ha llegado a mis manos.
No obstante, si que pienso que debe haber papeles para todas las edades y considero que los hay. La gente debe ser paciente, porque. muchas veces, viene gente nueva pisándote los talones y quizá te toca aguantar hasta que llega un papel que es acorde a ti. Considero que siempre se terminan presentando personajes acordes a la edad que cada uno tiene. Yo por ejemplo, quizá no doy la imagen de la abuela típica, pero si soy abuela y se me va ya la cara de mayor (risas).
Hablando de papeles, el último que has realizado en televisión fue el de Amparo en Señoras del (h)AMPA ¿Qué significó para ti este proyecto?
Ha sido un trabajo maravilloso, del que me llevo mucha gente en el corazón. Fue un gusto trabajar con todo el equipo. Hemos hecho dos temporadas y teníamos la idea de hacer una tercera. Teníamos ya los guiones sobre la mesa, pero, de pronto, Amazon decidió dejar la serie en dos partes. La verdad es que la noticia nos dejó algo chafadas a todos, pero seguro que otras cosas van surgiendo.
Señoras de (h)AMPA es una serie increíble, única, por todo lo que refleja. Porque está compuesta por mujeres que tenemos mucho peso en la serie, cada una de una generación distinta y creo que eso ha calado en el espectador.
No solo la interpretación ha ocupado parte de tu camino, también la música.
Para mi la música es la vida y cantar es vivir. Es lo más saludable que he encontrado nunca y cuando, estoy acatarrada y no me sale la voz, me da mucha rabia, porque no puedo estar sin cantar, sin hacer uso de mi voz. La música es un elemento fundamental para nuestra alma.
¿Te has sentido bien valoradas tanto en tu profesión de actriz como en tu faceta musical?
Me siento sumamente reconocida. Me han dado muchos premios por mi trayectoria. Eso si, me hubiera gustado que mis canciones, las cuales he editado, las cantara mucha gente, pero eso, a veces, eso no es fácil. Menos ahora con el tema de internet y las redes sociales, que es por donde se mueve mucha música. Pero oye, todo llegará.
Mientras esperas, ¿Qué proyectos tienes en el horizonte?
Acabo de estrenar el lunes 22 una función en los Teatros del Canal, se llama Ojos que no ven. Hago de una madre que tiene tres hijas mayores y me he ido quedando ciega. Toco el piano, cantamos, voy con mi bastón por el escenario. Es muy bonita y transcurre durante una cena de nochebuena.
También voy a grabar un disco con varias canciones latinas. Además, tengo dos películas a punto de estrenar. Una de Dani de la Orden que se llama Papá o mamá, en la que hago de tía. Y luego tengo otra que se llama Dos vacas y una burra, en ella doy vida a una mujer que hace conjuros en un pueblo de Cantabria. Comparto créditos con Miguel Ángel Muñoz y Pablo Puyol.