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España entera vibró en la noche de este 14 de julio, y es que la Selección masculina de fútbol consiguió, tras un fulgurante currículum sin perder ni un partido durante el campeonato, levantar su cuarta Eurocopa. Los españoles y los ingleses contuvieron la respiración durante las casi 2 horas que duró el partido, y es que no fue hasta pocos minutos antes de que se pitara el final cuando Oyarzabal aseguró la victoria con el segundo gol. Una victoria que, por cierto, le costará su larga y voluminosa melena a Marc Cucurella. Y quienes tampoco quisieron perderse este encuentro fueron, sin duda, el rey Felipe y su hija pequeña, la infanta Sofía, aunque precisamente fue ella la que mostró un inesperado rasgo de su personalidad que no nos esperábamos.
Aunque Sofía está acostumbrada a sus apariciones en público, y hasta la vimos dar un discurso junto a su hermana en el X aniversario de la proclamación de su padre como Rey, la joven, a sus 17 años, demostró que, por muy infanta que sea, no quita para que también sea una chica tímida.
Su padre fue el encargado de levantar la copa junto a los jugadores de 'La Roja' cuando terminó el partido, y aunque él insistió bastante para que su hija la levantara con él, en todas las ocasiones ellas se negó a coger el trofeo. ¿Era muy pesado? ¿No quería en ese momento llamar demasiado la atención? Tal vez el peso de la Copa se sumó a su timidez.
Sofía, tímida en la Eurocopa pero no la final del Mundial femenino
Es una imagen que, sin duda, contrasta, por ejemplo, con la que nos dejó en la final del mundial femenino. Entonces no tuvo problema en levantar el trofeo de la FIFA, envolverse en una gran bandera de España y saltar de emoción y alegría junto a su madre y las jugadoras de la Selección.
