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El hijo de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina no es muy dado a hablar con la Prensa, y es que, siguiendo la norma no escrita de su familia, es de lo más discreto en lo que a cuestiones personales se refiere. Solo ha concedido poco más de un par de entrevistas en su vida, y lo hizo con motivo de su fichaje en 2023 por el Fraikin BM Granollers, su equipo de balonmano actual. A pesar de su ilustre abolengo, Pablo siempre se ha considerado un chico normal, y es que también es cierto que los focos le han permitido tener una vida más 'mundana' que a sus primas la princesa Leonor y la infanta Sofía. Él es feliz con su carrera en el balonmano, en la que está cosechando éxitos como lo hiciera su padre, y a pesar del accidente que tuvo hace solo unos días, la ilusión la mantiene intacta. Por eso, ha sorprendido que Pablo vuelva a sentarse con periodistas para hablar de su situación actual y, como no podía ser de otra manera, de los pros y los contras de su ocupación: "Cuando el partido se pone caliente, recibes algunos insultos", ha confesado.
Ha sido en el programa 'El Larguero', de la Cadena Ser, donde Pablo Urdangarin se ha abierto como pocas veces, y aunque ha hablado en alguna que otra ocasión de su relación con su padre, esta vez no se ha cortado en nada: "Tener a mi padre, que ha sido leyenda del balonmano, me encanta. Me siento orgulloso de mi padre, aunque no lo haya podido ver jugar", ha contado en su entrevista, y es que hay que entender que Iñaki se retiró oficialmente en el año 2000, justo cuando estaba a punto de convertirse en padre precisamente de Pablo, que nació el 6 de diciembre de ese mismo año. Desde entonces, Iñaki se centró en su familia y los negocios, aunque ninguna de las dos cosas le salieron bien: sus 'tejemanejes' fuera de la legalidad le costaron 5 años y diez meses de prisión por el caso Nóos, mientras que en 2022 saltó la noticia de su separación de la infanta Cristina y a finales de 2023 firmaron el divorcio. Ya ha rehecho su vida con Ainhoa Armentia, pero siempre con el foco puesto en sus hijos.
Pablo Urdangarin se muestra "orgulloso" de sus padres y su familia: "Nunca me ha perjudicado ser 'hijo de'"
El joven, que en los próximos meses cumplirá ya 25 años, ha podido tener una adolescencia más o menos normal gracias a la mudanza familiar a Ginebra tras la irrupción del caso Nóos y la entrada en prisión de su padre. Todos los ojos estuvieron puestos sobre ellos durante años y, sin embargo, reconoce no solo que está "orgulloso" de sus padres, sino que pertenecer a los Borbón no le ha supuesto ningún problema: "Nunca me ha perjudicado ser 'hijo de', siempre lo he llevado con mucho honor. Nunca me ha caído ningún tipo de 'hate', siempre me lo he tomado todo bastante bien", ha afirmado.
Tampoco apellidarse Urdangarin y Borbón ha sido para él un problema en la competición, y es que no deja de ser uno más en el equipo, en el que ha despuntado con un palmarés de récord, con 117 goles la pasada temporada, y 22 goles en los que llevamos de esta (en solo 6 partidos). Por ello, va a cumplir un sueño: jugar con la Selección Española de Balonmano, como lo hiciera su padre. "Desde que Jordi Ribera me llamó, no me lo quito de la cabeza. Estoy con unas ganas de jugar que me muero", señaló, si bien también admite que no todo son buenas críticas a pie de campo: "Cuando el partido se pone caliente, recibes algunos insultos, pero yo me lo tomo como que estoy haciendo algo bien, porque están intentando sacarme del partido", ha dicho satisfecho por su buen trabajo.
