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La Familia Real Británica vuelve a ser noticia por un complejo acontecimiento relacionado con uno de sus miembros. Ahora ha sido el turno de la princesa Beatriz de York. Acaba de conocerse que el empresario y consultor de arte Paolo Liuzzo, que tuvo una relación la hija de Sarah Ferguson y Andrés de Inglaterra en 2005, murió el pasado 7 de febrero en una habitación del hotel CitizenM Miami World Center por una supuesta sobredosis de drogas. Según ha informado el agente Michael Vega, del Departamento de Policía de Miami, al diario británico The Sun, la investigación sigue abierta y está en curso. El cuerpo sin vida de Liuzzo fue trasladado a su ciudad natal, Long Island (Nueva York), donde se celebró su funeral una semana después de su muerte, el 16 de febrero. El mismo medio afirma que Beatriz de York quedó "desolada" tras conocer la noticia. Actualmente, la Princesa está felizmente casada con Edoardo Mapelli Mozzi, junto al que tiene dos hijos, Sienna y Wolfie.
Al parecer el empresario no estaba viviendo uno de sus mejores momentos por su afición a las fiestas y a las apuestas. "Siempre estaba pidiendo dinero prestado para pagar viejos préstamos. Se convirtió en un círculo vicioso", revela una fuente a The Sun.
Paolo Liuzzo y Beatriz de York comenzaron a salir en 2005, cuando la Princesa, que ahora tiene 35 años, tenía 17 y él 24. Una relación que tanto Sarah Ferguson como el príncipe Andrés conocían. "Cada cual tenemos nuestro propio camino y hemos de aprender de él, pero Beatriz es una chica sensata, que pronto cumplirá 18 años y que tiene muchos amigos, incluido Paolo", llegó a declararar su madre.
Su relación no estuvo exenta de polémicas, ya que antes de comenzar a salir, Paolo Liuzzo había sido acusado del homicidio involuntario de un compañero de estudios, después de una pelea que tuvieron en estado de ebriedad. Tras violar su libertad condicional de tres años, tuvo que regresar a Nueva York y esta fue una de las razones por las que su relación terminó en 2006.
Este 2024 está siendo muy difícil para la Familia Real Británica. Primero fue el rey Carlos III quien anunció que le habían diagnosticado un cáncer durante una intervención de hipertrofia de próstata. Días después, era Sarah Ferguson la que desvelaba que sufría cáncer de piel y, posteriormente, la princesa de Gales compartió un vídeo en sus redes sociales anunciando que había comenzado un tratamiento de quimioterapia preventiva después de que tras una cirugía abdominal a la que se sometió en enero, los médicos detectasen que había células cancerígenas.
