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Victoria Beckham ha decidido, más de 15 años después de dejar España, que no se quiere callar más sobre uno de los peores capítulos de su vida: su estancia en nuestro país y la supuesta infidelidad de su marido con la que fuera su asistenta personal en España, Rebecca Loos. La ex cantante de las 'Spice Girls', reciclada en diseñadora de moda, ha hablado sobre ello en el nuevo documental sobre su marido, 'Beckham', que se estrena ya en Netflix, y aunque en él se hace un repaso a la carrera del deportista, también se entra en detalles de lo más personales y, como en este caso, dolorosos que ha vivido la pareja durante sus 24 años de matrimonio.
Aunque ella nunca quiso hablar sobre el tema y David lo negó todo en su día, ahora el matrimonio, que ha superado aquel bache, se ha visto fuerte como para hablar sobre ello, pero lo han hecho de puntillas, cuando él asegura que se sentía "físicamente enfermo todos los días" y que para ella "fue el peor momento" de su matrimonio. "Parecía como que el mundo estaba en nuestra contra. Así eran las cosas, nosotros estábamos en contra del otro, si soy completamente honesta", asegura Victoria, y añade: "Cuando estábamos en España, no sentía que nos tuviéramos el uno al otro. Y eso es triste. Ni siquiera puedo empezar a decirte lo difícil que fue y cómo me afectó. Fue la peor época del matrimonio. El mundo nos atacaba y estábamos el uno contra el otro. Hasta Madrid, estábamos juntos; luego, no sentíamos el apoyo del otro. Nunca en mi vida había sido tan infeliz".
David, por su parte, tampoco confirma el 'affaire', pero sí asegura que también lo pasó muy mal: "Victoria es todo para mí, el verla herida fue increíblemente difícil, pero somos guerreros y en ese momento necesitábamos pelear el uno por el otro, necesitábamos pelear por nuestra familia. Y teníamos algo por lo que valía la pena luchar". Un documental, sin duda, muy diferente al que se estrenó en 2013, 'The Class of 92'.
El matrimonio estuvo viviendo en Madrid entre 2003 y 2007, los años en los que David fichó por el Real Madrid. Un gran momento en lo profesional para él, pero su matrimonio, mientras tanto, hacía aguas, y Victoria se llevó la peor parte cuando se supo que ella no 'quería' venir a vivir a nuestro país: "Yo era la villana. Dijeron que odiaba España y que yo había dicho olía a ajo. Yo no dije nunca eso. Sabían que no podía mudarme por el colegio de los niños. El problema nunca fue España", asegura, antes de confesar que sintió "alivio" cuando se marcharon de nuestro país.
