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Bruce Willis se consolidó como uno de los actores más representativos del cine de acción de finales de los 80 hasta comienzos de los 2000. Su trayectoria cinematográfica lo convirtió en un ícono de la cultura pop estadounidense gracias a un estilo interpretativo que se caracterizó por encarnar a personajes rudos, valientes e inteligentes, especialmente en películas de acción y aventuras. Sus trabajos más recordados incluyen ‘La jungla de cristal’ (1988), de John McTiernan, donde interpretó al policía John McClane, ‘Pulp Fiction’ (1994), de Quentin Tarantino, donde dio vida al boxeador Butch Coolidge, ‘El sexto sentido’ (1999), de M. Night Shyamalan, que le valió reconocimiento como actor dramático y expandió su rango interpretativo o ‘Armageddon’ (1998), de Michael Bay, donde interpretó a un perforador petrolero destinado en una misión espacial.
Sin embargo, tras una etapa de éxitos, el actor sufrió un declive interpretativo marcado por una rara enfermedad denominada demencia frontotemporal, que afectó progresivamente su capacidad para actuar. Esta condición neurológica provocó que sus últimas apariciones cinematográficas fueran en películas de muy baja calidad y presupuesto, alejándose significativamente de la brillante carrera que había construido décadas atrás. La enfermedad comenzó a manifestarse con sutiles cambios en su lenguaje y capacidad de comunicación, lo que gradualmente fue limitando su desempeño profesional.
Su esposa, la modelo británica Emma Heming, con quien está casado desde 2009, ha tenido un papel fundamental a la hora de visibilizar su enfermedad. En una entrevista concedida a la revista Town & Country el 29 de octubre de 2024, Heming declaró: “Esta enfermedad se diagnostica mal, se pasa por alto, no se entiende, así que llegar por fin a un diagnóstico fue clave para poder saber qué es la demencia frontotemporal y poder educar a nuestros hijos. Nunca he intentado endulzarles nada. Han crecido con el declive de Bruce a lo largo de los años. No intento protegerles de ello”.
En la misma entrevista, Heming profundizó sobre los orígenes de la enfermedad de Willis, que afecta principalmente las áreas del cerebro relacionadas con la personalidad, el comportamiento y el lenguaje, lo que explica los cambios progresivos observados en la trayectoria del actor, revelando un dato poco conocido: “Para Bruce, todo empezó con el lenguaje. De niño tartamudeaba mucho. Fue a la universidad y había un profesor de teatro que le dijo: ‘Tengo algo que te va a ayudar’. A partir de esa clase, Bruce se dio cuenta de que podía memorizar un guion y poder decirlo sin tartamudear. Eso fue lo que lo impulsó a actuar. Bruce siempre ha tartamudeado, pero ha sabido disimularlo. A medida que su lenguaje empezó a cambiar, parecía que era solo una parte de su tartamudez, que era solo Bruce. Nunca en un millón de años hubiera pensado que sería una forma de demencia para alguien tan joven”.